Lula da silva cuenta los días para entrar en prisión por corrupción
Al expresidente brasileño solo le queda acudir a dos altos tribunales para revertir su condenaFavorito para los comicios, su encarcelamiento favorecería a la ultraderecha, segunda en las encuestas
brasilia - El Tribunal Supremo Federal de Brasil rechazó ayer el recurso de habeas corpus presentado por la defensa del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y votó a favor de que éste ingresase en prisión por su condena por corrupción.
Tras 11 horas de debate, la presidenta de la corte, Cármen Lúcia, desempató la votación, que hasta ese momento contaba, según recogió el diario local O Globo, con cinco votos a favor y otros cinco en contra. Con la intervención de la magistrada, el tribunal rechazó la apelación con la que Lula pretendía evitar su ingreso en prisión hasta agotar todos los recursos posibles contra dicha condena, que supondría su permanencia en la cárcel durante 12 años y un mes. El expresidente, que gobernó el país entre 2003 y 2011, está acusado de varios delitos de corrupción pasiva y blanqueo de capitales por aceptar un tríplex de lujo en Sao Paulo como pago de la constructora OAS por sus favores políticos.
El líder izquierdista formado en el sindicato de los metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo agotó ayer prácticamente la segunda instancia, y solo le queda acudir a los altos tribunales (el STF y el Tribunal Superior de Justicia) para revertir la condena. Una vez firme, la sentencia impedirá que pueda competir en las elecciones presidenciales del 7 de octubre.
muy querido A pesar de su implicación en un entramado de corrupción, Lula, bautizado como el hijo de Brasil en una película autobiográfica, continúa siendo uno de los políticos más populares del país; de hecho, el expresidente figura como el favorito de cara a los comicios presidenciales, seguido de lejos por el militar de la reserva Jair Bolsonaro (PSL), un diputado de la ultraderecha.
La decisión del Supremo contra Lula supone un duro golpe para el político, que se ha visto envuelto en varios casos de corrupción que han puesto en tela de juicio el establishment político y al Partido de los Trabajadores (PT), que sostuvieron el poder entre 2003 y 2016.
La sociedad brasileña, por su parte, continúa profundamente dividida, ya que la sucesora de Lula, Dilma Rousseff, fue depuesta tras un impeachment (juicio político) en el marco de otro caso de corrupción.
La decisión del tribunal podría tener un impacto directo en las aspiraciones electorales de Lula, ya que los candidatos están sujetos a la llamada Ley de Ficha Limpia. El expresidente ya tiene la ficha sucia por la condena en primera y segunda instancia, un hecho que puede complicar e incluso imposibilitar su inscripción como aspirante a liderar del país; sin embargo, cabe la posibilidad de que Lula consiga finalmente el estatus de candidato. En ese supuesto, el proceso judicial seguiría su curso, pero si la Justicia diera finalmente la razón a Moro (que instruye la causa por el escándalo de corrupción en Petrobras) los votos que hubiera recibido serían anulados.
el presidente obrero “Quiero que me devuelvan mi inocencia”, reclamaba hace apenas unos días Lula, el presidente más carismático de Brasil, a quien ayer la Corte Suprema dejó a las puertas de la cárcel en una decisión sin precedentes en la historia del país.
“No estoy por encima de la Ley. Quiero ser tratado como cualquier ciudadano. Quiero que paren de mentir; si encuentran una prueba, me callo”, afirmó el lunes el pragmático líder del PT ante miles de militantes en Río de Janeiro.
El caso del apartamento que supuestamente recibió como regalo a cambio de favores a una constructora es uno de los siete procesos por corrupción que enfrenta el expresidente, quien presumía de mantener “la tranquilidad de los justos y de los inocentes” mientras la Justicia le acorralaba.
La corrupción, llegó a decir durante su mandato, “está en todos los sectores de la sociedad”, incluidos “la política y el poder judicial”, aunque se declaraba entonces inmune a ella.
Pese a sus comentarios, la sombra del delito le persiguió durante su mandato con sonados escándalos como el mensalao (por el pago de sobornos a cambio de apoyos parlamentarios) y empañó sus últimos años en el poder.
Sus dotes de animal político y su capacidad negociadora, sin embargo, le ayudaron a esquivar las acusaciones, que siempre atribuyó a la revancha de la derecha por sus políticas sociales. Esta idea de venganza contra su figura se convirtió en la base de su mensaje presidencial, el cual ha repetido sin cesar durante los últimos meses.
sereno hasta el final Resguardado de la atención mediática, Lula no prestó mucha atención al juicio del Tribunal Supremo, se mostró “tranquilo” e incluso comentó el golazo de chilena de Cristiano Ronaldo en el partido en el Juventus. Ésta es la versión oficial ofrecida por su partido, el PT, aunque otras voces afirman que no habían visto tan afectado al expresidente desde la muerte de su mujer, Marisa Leticia.
Alejado de los palcos y las multitudes, Lula pasó el día de su sentencia reunido con los suyos y recibiendo visitas de conocidos y aliados políticos; sin embargo, su aparente serenidad ante la adversidad no resta gravedad a la batalla que el expresidente está librando estos días. Lula se convirtió hace tiempo en un icono de lucha contra la marginación en un país caracterizado por una profunda brecha social, pero esta vez todo apunta a que la balanza no se inclinará a su favor. - Efe
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