- Representantes del Gobierno y la oposición se han dado cita en Ciudad de México para iniciar un nuevo proceso de negociación con el que dar salida a la grave crisis a todos los niveles en que se encuentra sumida Venezuela, sin que por ahora las perspectivas de éxito sean mayores que las de otros procesos fallidos.

El Ministerio de Exteriores de México confirmó que el diálogo estaba previsto que arrancara en la tarde de ayer, después de que Noruega, que ejerce de mediador como en el anterior proceso, confirmase el miércoles que ambas partes estaban “en la fase final de las conversaciones exploratorias, con el objetivo de iniciar negociaciones en México”.

Maduro ya confirmó la presencia del Gobierno en el encuentro, que está previsto que dure tres días. “Nosotros creemos en el diálogo como el camino, como la forma de escucharnos y entendernos”, sostuvo el pasado domingo, recalcando la postura de partida con la que acude Caracas y que pasa por el levantamiento de las sanciones, el reconocimiento de las instituciones legítimas de Venezuela y la renuncia a la conspiración.

El diálogo, señaló, estará vertebrado en siete puntos: garantías electorales; derechos políticos para todos; revisión de sanciones y activos; respeto al estado de derecho; convivencia política y social; protección de la economía nacional; y equipo de seguimiento y garantías.

Por parte gubernamental, Maduro anunció ayer que encabezará la delegación Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional surgida de las elecciones de 2020 y que no reconoce buena parte de la comunidad internacional.

Como parte de esta delegación, se traslada también a México Nicolás Ernesto Maduro, hijo del mandatario venezolano, quien ha dicho que tanto él como el presidente de la asamblea acudirán “al diálogo con la oposición extremista gobernada desde Estados Unidos”, informa Venezolana de Televisión. Respecto a su postura ante el inicio de las conversaciones, Maduro recalcó que la disposición de su Gobierno es “hacer lo que corresponda para la felicidad y la paz de Venezuela”, pero, agregó, que lo hará “sin doblegarse a las amenazas extranjeras”.

En cuanto a la oposición, no acude con un mensaje unitario a la cita, según se trasluce de las declaraciones realizadas por sus líderes en los últimos días. Juan Guaidó, al que algunos países como EEUU consideran el presidente legítimo de Venezuela, ha apelado a la unidad de cara al encuentro. “En unidad podemos lograr un acuerdo de salvación nacional”, escribió el líder opositor el miércoles en su Twitter. “Nuestro esfuerzo ha sido y seguirá siendo construir la mayor y mejor unión posible de todos los factores que queremos un cambio, porque nuestro país la necesita”, reivindicó. “Unidos, en una misma dirección, ¡salvemos a Venezuela!”, espetó el dirigente de Voluntad Popular.

Pero como ya ocurriera antes de las elecciones parlamentarias de diciembre pasado, en las últimas horas ha vuelto a emerger una voz discordante en la oposición, la del excandidato presidencial Henrique Capriles. Al igual que entonces -aunque luego dio marcha atrás-, el antiguo gobernador de Miranda se ha mostrado partidario de participar en la cita con las urnas prevista para el 21 de noviembre, algo que hasta ahora ha descartado Guaidó. “Yo al igual que millones de venezolanos creo que hay que votar el 21 de noviembre porque es nuestro derecho y no debemos renunciar a él”, defendió Capriles, reivindicando que las elecciones suponen una “oportunidad” para que los venezolanos se expresen y para que la oposición pueda organizarse y “recuperar fuerzas”. “Hay que romper la inercia, salir del bache de la apatía y organizarnos”, conminó el dirigente de Primero Justicia, incidiendo en que los comicios “no son el objetivo sino una parte de la ruta para el cambio que llevamos años buscando en nuestro país”.