Los periodistas han sido históricamente objetivo de los talibanes, que durante su régimen persiguieron a la prensa libre y cualquier mensaje contrario a la sharia o ley islámica. Pese a las promesas de los insurgentes sobre derechos y libertades, medios de comunicación y organizaciones han denunciado abusos en estos últimos días.

Uno de los casos más graves de los que se tiene constancia ocurrió el jueves, cuando milicianos talibanes registraron varias viviendas en busca de un periodista de la cadena Deutsche Welle (DW) que trabaja ahora en Alemania. Mataron a tiros a uno de sus familiares e hirieron de gravedad a otro, según informó el director general del canal, Peter Limbourg.

Para Limbourg, este suceso "increíblemente trágico" ilustra "el grave peligro" que corren los informadores sobre el terreno.

Varias organizaciones en defensa de los derechos de los periodistas se han pronunciado en las últimas horas para expresar su preocupación por las posibles represalias de los talibanes. Como apunta el subdirector de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), Jeremy Dear, es un momento "increíblemente complicado", en el que "muchos temen por sus vidas".