La ruptura de relaciones entre Argelia y Marruecos se podría cobrar una primera víctima después de que Argel dejara entrever que cortará en octubre el gasoducto que suministra a España desde hace 20 años a través de territorio marroquí, una situación en la que los tres países saldrían perdiendo aunque en diferentes grados. Argelia rompió el pasado 24 de agosto sus relaciones con Marruecos -con quien mantiene una vieja rivalidad-, y dos días más tarde anunció que quiere llevar todo el gas que suministra a España a través del gasoducto Medgaz, dejando entrever que descarta el otro conducto, el Gasoducto Magreb-Europa (GME), que transcurre por el territorio marroquí.

El GME es un conducto de más de 1.400 kilómetros de longitud que comienza en el campo argelino de Hassi R’mel, atraviesa el territorio marroquí en unos 540 kilómetros y cruza el Gibraltar en un tramo submarino de unos 45 kilómetros antes de llegar a Cádiz. Transporta una media anual de 10.000 millones de metros cúbicos a la península.

Mientras, Medgaz, de una longitud de 750 kilómetros que conecta directamente el campo argelino con España (Almería), entró en funcionamiento 2010 y tiene una capacidad de 8.000 millones de metros cúbicos, pero Argelia ha anunciado que ha ampliado su capacidad en un 25% para responder a la demanda española. Según expertos, la sustitución del GME por Medgaz oculta motivos políticos y busca perjudicar a Marruecos, pero los especialistas advierten de que será costoso no solo para él, sino también para Argelia y España.