El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha insistido una semana más en que no admitirá la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN hasta que no esté completamente convencido de que ambos países han cortado vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), organización declarada como grupo terrorista por Ankara.

"Hasta que nuestras expectativas no queden satisfechas, seguiremos sin cambiar nuestra postura sobre la expansión de la OTAN", ha declarado durante una reunión de su partido gobernante Partido Justicia y Desarrollo. "En este momento cabecillas de organizaciones terroristas deambulan libremente en Suecia y Finlandia, bajo la protección de los suecos y de los finlandeses", ha añadido.

Tanto el presidente de Finlandia, Sauli Niinisto, como la primera ministra de Suecia, Magdalena Anderson, y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha coincidido en que todos tienen en cuenta las "preocupaciones de seguridad" de Turquía a este respecto para garantizar la adhesión de ambos países como medida de seguridad ante la invasión rusa de Ucrania.

Sin embargo, los esfuerzos de Suecia y Finlandia para convencer al mandatario de que no mantienen relación con estos grupos no parecen haber fructificado. Tras indicar a finales del mes pasado que las conversaciones de los últimos días no han ocurrido "al nivel deseado", Erdogan critica prácticamente cada vez que habla las supuestas protecciones concedidas por estos países a kurdos buscados por el Gobierno turco.