La tormenta tropical Bonnie alcanzó ayer diferentes áreas urbanas del Pacífico de Nicaragua tras alejarse del mar Caribe.

Las lluvias intensas, con vientos máximos sostenidos de 65 kilómetros por hora, comenzaron a sentirse desde la madrugada del sábado en el suroeste de Nicaragua.

Hasta ayer no se registraron víctimas ni daños a causa de la tormenta, que impactó también en el este del litoral Caribe en la noche del viernes.

Todo el territorio nicaragüense se encuentra desde la tarde de ayer en doble estado de alerta verde y amarilla, por el paso de Bonnie, que podría causar inundaciones repentinas y deslizamientos de lodo en Nicaragua y Costa Rica.

Las poblaciones del Caribe reportaron disminuciones en las precipitaciones y la velocidad de los vientos, sin embargo, en el Pacífico el escenario descrito fue el contrario, lluvias intensas y vientos fuertes, especialmente en Rivas.

Unas 180.667 personas viven en Rivas, constituido por la Isla de Ometepe en el Gran Lago de Nicaragua, y un istmo entre dicho cuerpo de agua y el océano Pacífico de 17 kilómetros de ancho.

Ocho de las diez poblaciones urbanas de Rivas, fronterizo con Costa Rica, se encuentran en el istmo, y algunas de ellas, como la bahía turística de San Juan del Sur, sufrieron inundaciones en meses recientes, debido a las lluvias del año.

Con más de 500 kilómetros de costa en el mar Caribe, y un lago de más de 8.000 kilómetros cuadrados, Nicaragua es un país propenso al impacto de este tipo de fenómenos meteorológicos adversos, así como a sufrir graves inundaciones.

‘Colin’ ya amenaza a Carolina del Sur

Además de Bonnie, la tormenta tropical Colin, tercera de 2022 en el Atlántico, se formó ayer tierra adentro en el este de Carolina del Sur.

Colin se moverá hacia el noreste a lo largo o hacia el interior de las costas de Carolina del Sur y Carolina del Norte durante la jornada de hoy, y luego emergerá sobre el Océano Atlántico, donde se disipará mañana lunes.

Si el pronóstico de los expertos para la temporada de este 2022 se cumple, con el registro de entre 14 y 21 tormentas tropicales, este sería el séptimo año consecutivo que la actividad ciclónica se sitúa por encima del promedio (14).

Además de las tormentas con nombre, entre 6 y 10 podrían convertirse en huracanes y 3 y 6 de ellos alcanzar la categoría mayor, 3, 4 y 5, en la escala de intensidad Saffir-Simpson, con la magnitud 5 para ciclones con vientos devastadores que superan los 252 kilómetros/hora.