El ejército ruso redobló sus ataques para envolver a las tropas ucranianas que defienden el bastión de Avdivka, la llave del sur del Donbás, batalla de la que depende también el éxito de la contraofensiva ucraniana hacia el mar de Azov.

“Los objetivos del enemigo son muy primitivos. (El presidente ruso, Vladímir) Putin necesita como sea (...) alguna clase de resultado positivo, ya que durante mucho tiempo inflaron” la situación en el frente, comentó a la televisión Mijailo Podoliak, asesor de la Presidencia ucraniana.

Mientras, Ucrania entró ayer oficialmente en horario de invierno, sinónimo de bajas temperaturas, caminos intransitables y problemas logísticos.

Defensa numantina

Según los medios, seis brigadas motorizadas rusas fuertemente equipadas y acompañadas de aviación -un Su-25 fue derribado por los ucranianos ayer- y artillería pesada, participan en esta ofensiva desde hace tres semanas. “Utilizan ataques frontales. Incluso intentan minimizar la pérdida de equipos militares, ya que estos valen algo, mientras la vida humana...”, explicó Podoliak.

El Estado Mayor ucraniano informó sobre quince ataques enemigos en las últimas 24 horas contra Avdivka, pero los rusos aún tienen que remar mucho para cerrar el corredor de varios kilómetros que trae refuerzos y suministros a los defensores de la localidad. Los combates son cruentos por el control de las zonas industriales del norte y sur de la ciudad, donde hay una planta de coque y una cantera, respectivamente.

Mientras los partes de guerra rusos no informan sobre la marcha de la ofensiva sobre Avdivka, Kiev también reportó sobre una veintena de embestidas contra Márinka, la otra localidad estratégica situada al sur de la ciudad de Donetsk.