El agustino Robert Francis Prevost, recién elegido Papa en sustitución de Francisco, ha elegido para su pontificado el nombre de León XIV, uno de los más adoptados en la historia de la Iglesia católica.

Los nombres más usados por los Papas desde Pedro han sido, por este orden, Juan (23), Gregorio (16), Benedicto (16), Clemente (14), León (13), Inocencio (13), Pío (12), Esteban (9), Urbano (8), Alejandro (8), Adrián-Adriano (6), Paulo-Pablo (6), Sixto (5), Martín (5), Nicolás (5), Celestino (5), Anastasio (4) y Honorio (4).

Desde san Pedro, ningún pontífice se atrevió a elegir su mismo nombre por respeto al apóstol. Juan XIV (983-984) se llamaba Pedro Canepanova y Sergio IV (1009-1012), Pedro Bocca di Porco y los dos cambiaron el nombre al ocupar la silla petrina.

El nuevo Papa Robert Francis Prevost, una vez elegido por los cardenales reunidos en cónclave, ha escogido libremente el nombre de León XIV, con el que va a gobernar la Iglesia.

Su antecesor Francisco (Franciscum en latín) eligió para gobernar la Iglesia católica el nombre de san Francisco de Asís, patrón de la orden franciscana y según el Papa jesuita 'el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y protege la creación', dijo el argentino tras ser elegido.

Benedicto XVI  (Joseph Ratzinger) eligió ese nombre porque evoca la figura de san Benito de Norcia, copatrón de Europa, y el número ordinal XVI, en memoria de su antecesor Benedicto XV (Giovanni Battista della Chiesa), Papa italiano (1914-1922) a quien reconoció como 'un valiente y auténtico profeta de la paz ante el drama de la Primera Guerra Mundial'.

Bruno de Carintia, el primero en renunciar a su nombre

Tradicionalmente los Papas mantenían su nombre de bautismo, pero en el año 996 Bruno de Carintia (996-999) renunció a su nombre al ser elegido y utilizó el de Gregorio V. Desde entonces, todos han cambiado de nombre al inicio de su pontificado.

De forma excepcional, antes del siglo X algunos pontífices modificaron el nombre del bautismo por diversas razones. Es el caso de Mercurio que accedió a la Sede Apostólica como Juan II (533-535), ya que no deseaba llevar el nombre de un dios pagano.