La tensión entre el presidente estadounidense Donald Trump y el empresario Elon Musk ha alcanzado un nuevo punto de ebullición este jueves, marcando un giro drástico en una relación que hasta hace poco era cercana y estratégica. Sin embargo, lo que comenzó como una alianza poderosa entre política y tecnología se ha transformado en un enfrentamiento abierto y hostil, con declaraciones cruzadas que reflejan una ruptura profunda tanto en lo personal como en lo ideológico.
Musk no solo fue un respaldo influyente durante el proceso electoral, sino también una figura clave en los primeros meses del segundo mandato del republicano, dirigiendo el polémico Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Ahora, pocos días después del anuncio de la renuncia del magnate tecnológico del cuadro gubernamental, la ruptura entre ambos ha estallado con una contundente declaración del republicano desde el Despacho Oval: “Estoy muy decepcionado con Elon. Me ha sorprendido".
Amenazas cruzadas
Lejos de calmarse las aguas, ambos no han hecho más que lanzarse amenazas mutuamente. Según una de las últimas publicaciones del magnate tecnológico, el presidente estadounidense figuraría en los archivos de Epstein. "Es hora de lanzar la gran bomba: Donald Trump está en los archivos de Epstein. Esa es la verdadera razón por la que no se han hecho públicos. Que tengas un buen día, DJT", ha señalado en un mensaje publicado en la red social X.
La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, publicó el pasado 27 de febrero de 2025 documentos que ya habían sido filtrados en gran medida sobre el caso Epstein, si bien "nunca fueron publicados de manera oficial por el Gobierno". De las aproximadamente 200 páginas ninguna de ellas añadía nada nuevo a lo que ya se sabía de la trama.
Por su parte, el presidente Trump ha amenazado con la posibilidad de retirar todos los subsidios y contratos gubernamentales cerrados con empresas del magnate. "La manera más fácil de ahorrar miles de millones de dólares en nuestro presupuesto es cancelar los subsidios y contratos gubernamentales de Elon. ¡Siempre me sorprendió que (Joe) Biden no lo hiciera!", ha señalado el líder republicano en su red social, Truth Social.
Trump rompe el silencio: “Estoy muy decepcionado con Elon”
Acompañado del canciller alemán Friedrich Merz, Trump ha lamentado lo que considera un giro inesperado del magnate tecnológico, a quien hasta hace poco consideraba un aliado estratégico. Desde la Casa Blanca ha afirmado sentirse tan sorprendido como decepcionado: “Estoy muy decepcionado con Elon. Me ha sorprendido”
“Él sabía los detalles del proyecto de ley mejor que nadie”, ha asegurado el líder republicano, refiriéndose a la polémica reforma fiscal que ya ha sido aprobada en la Cámara de Representantes y que ahora se discute en el Senado.
Musk niega cualquier implicación: “¡Jamás me lo enseñaron!”
No ha tardado en llegar la respuesta. A través de su red social X, Musk ha desmentido rotundamente las afirmaciones de Trump: “¡Falso! No me enseñaron este proyecto de ley ni una sola vez y fue aprobado en plena noche, tan rápido que ni los congresistas pudieron leerlo”.
El empresario ha acompañado su mensaje con un vídeo del propio Trump haciendo las declaraciones que han encendido la disputa. La reacción del magnate deja claro que su distanciamiento ya no es solo ideológico, sino también personal.
Del despacho presidencial a los reproches públicos
La tensión contrasta con el tono amistoso que ambos mantuvieron hasta el pasado 30 de mayo, cuando Musk dejó su puesto al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). En ese momento, la despedida se cubrió de elogios mutuos y promesas de seguir colaborando.
Ahora, Trump señala que Musk “nunca tuvo un problema con el proyecto hasta que se fue”. El presidente estadounidense, visiblemente molesto, ha añadido: “Le he ayudado mucho. Dijo cosas muy bonitas sobre mí, pero ahora… no sé si nuestra relación continuará”.
Un plan fiscal que ha encendido la mecha
La chispa de la confrontación ha sido la reforma fiscal impulsada por Trump, bautizada por él mismo como “el gran y hermoso proyecto de ley”. El plan busca ampliar los recortes fiscales de su primer mandato e incluir beneficios para sectores clave de su campaña, como las propinas, las horas extra y la compra de automóviles fabricados en Estados Unidos.
Pero Musk no ve belleza alguna en la propuesta. Este mismo jueves la ha calificado como una “abominación repugnante” y ha acusado a los legisladores republicanos que la han respaldado de haber cometido un “error”.
Impacto económico y defensa de los autos eléctricos
Más allá del lenguaje, Musk ha lanzado hoy una advertencia concreta: el plan “incrementará masivamente el déficit ya gigante del presupuesto a 2,5 billones de dólares” y generará una “deuda devastadoramente insostenible”. La Oficina Presupuestaria del Congreso ha confirmado este jueves que el impacto en la deuda nacional podría ser de 2,4 billones en la próxima década.
Una de las posibles claves del desencuentro gira en torno al crédito fiscal para vehículos eléctricos, una medida que el nuevo proyecto de Trump pretende eliminar. Para el presidente, este cambio explicaría el enfado de Musk, cuya fortuna está estrechamente vinculada al éxito de Tesla. Una acusación que Musk no ha negado, pero que ha ampliado: “Mantengan los recortes a los incentivos para autos eléctricos y energía solar, pero eliminen la montaña de basura repugnante del proyecto. Es injusto mantener los subsidios al petróleo y al gas”, ha escrito.
El Senado, última parada de un conflicto con tintes electorales
Lo que parecía una reforma consensuada dentro del partido se ha convertido en el epicentro de una tormenta política. Y en medio de ella, dos de las figuras más influyentes del país se enfrentan en un duelo que puede marcar el pulso dentro del panorama conservador estadounidense.
El futuro del “gran y hermoso proyecto de ley”, como lo ha bautizado Trump, se juega ahora en el Senado, donde el Partido Republicano necesita limar asperezas internas para lograr su aprobación antes del 4 de julio. La propuesta busca extender los alivios fiscales del primer mandato de Trump e incluir exenciones para propinas, horas extra y autos fabricados en Estados Unidos, entre otras promesas de campaña.