Se lo cambiaron en 1916, según el Real Decreto de 27 de junio que se publicó el 2 de julio en la Gaceta de Madrid (el periódico que fundó el baztandarra Juan de Goyeneche, de Arizkun) por el que "se modifican los nombres de 573 ayuntamientos de España". Se decía entonces que la Real Sociedad Geográfica ha realizado esta labor "a fin de que desaparezca la extraordinaria y lamentable confusión originada por el hecho de existir, entre los 9.266 ayuntamientos que constituyen la Nación, más de 1.020 con idénticos nombres, y éstos sin calificativo ni aditamento alguno que los distinga".
Las variaciones correspondientes a lugares de Navarra fueron las referentes a Aguilar (se llamará de Codés), Maya (del Baztán), Sada (de Sangüesa), Torralba (del Río), Torres (del Río), Urroz (de Santesteban), Vera (de Bidasoa), y Villamayor (de Monjardín), y así han seguido hasta anteayer, cuando a dos de esta tierra cercana nuestra se les devolvió su toponímico, en los casos de Urrotz y Amaiur, pero no se aceptó lo mismo con el tercero, con Bera. Los vecinos, su ayuntamiento, los informes y documentación que se aportaron, estimaban que Bera debía ser Bera y sin necesidad de apellidarse "de Bidasoa" que es cosa que, como el valor, según se hacía constar en las viejas cartillas militares "se le supone".
Ha tenido que pasar un tiempo, dos o tres años, para que la lógica y la realidad se impusieran a la digamos cabezonería (por quedar bien) y, finalmente, las instancias oficiales se han rendido a la evidencia y a la sentencia y han tenido, obligadamente, que aceptar. Lo aprobó, a la vista de que no le quedaba otra, el Gobierno de Navarra y el Boletín Oficial lo ratificó con su publicación ya no en papel, pero colgándolo en internet. En la red.