Homenaje a los 25 asesinados y represaliados en Castejón en 1936
colectivos de izquierdas organizaron las primeras jornadas de memoria histórica de la villa
castejón. Una parte de la izquierda social de Castejón representada por los colectivos: Asociación de Vecinos Valentín Plaza, Lau Bide Kultur Taldea y Unidad Popular Socialista Castejonera quisieron "poner luz a tantos años de miedo, mentiras y silencio" y organizaron conmemorando los 75 años del inicio de la Guerra Civil española las primeras jornadas de Memoria Histórica de la villa ferroviaria. Unas jornadas que buscaban dar a conocer lo que pasó en Castejón en los meses de julio y agosto de 1936 en los que fueron asesinadas 25 personas.
El acto central se celebró ayer en la casa de cultura de Castejón y contó con la presencia de familiares de los fusilados y de algunos represaliados que todavía siguen vivos como Ángel Muñoz, de 94 años, fundador de las juventudes socialistas de Castejón en 1933. Su nieta, Maribel Salas, contó como su abuelo tuvo que huir de Castejón para permanecer escondido varios días en Bardenas. Posteriormente, se desplazó a Guipúzcoa para evitar ser fusilado o enviado al frente. En el acto también intervinieron los pamploneses Alejandro Salinas y Oiana Barrios Salinas, nieto y biznieta de Patrocinio Salinas Armendáriz, fallecido tras su estancia preso en San Cristobal. Ambos narraron el sufrimiento que vivieron los siete hijos de su familiar que quedaron huérfanos siendo muy pequeños, ya que tras la muerte de Patrocinio perdieron a su madre. Uno de los hijos todavía vive, pero no se desplazó hasta Castejón por su avanzada edad y por miedo a revivir su duro pasado. El último testimonio lo aportó Rosa María Munilla, esposa del castejonero Baldomero Rivas, hijo del represaliado Baldomero Rivas que permaneció preso 13 años en el fuerte de San Cristobal.
Tras este acto, en la Bodega Marqués de Montecierzo se bailó un aurresku y Maribel Muñoz cantó dos jotas, una de ellas escrita por su padre Ángel Muñoz. Las jornadas concluyeron con la lectura de un comunicado en defensa de los valores de la República y la entrega de rosas rojas a los familiares de los fusilados y represaliados. Tras los actos, se celebró un aperitivo y los asistentes visitaron la bodega junto a su propietario Joaquín Lozano.