tudela. Tudela cuenta con cerca de 25 colonias con unos 25 gatos cada una, aunque la cifra puede variar en función de la época del año, ya que aumenta en tiempo de celo. En total, estos gatos callejeros podrían llegar a ser alrededor de 625, repartidos por toda la ciudad en sitios tan diversos como un solar en la calle Pablo Sarasate, la calle Donantes, la zona del cementerio, las calles Añón Baigorri y Fuente Canónigos o el área de la piscina cubierta y el Colegio Público Huertas Mayores. Estos animales se han apropiado de estas zonas y, aunque se elimine una colonia, otros gatos aparecerán para crear una nueva. Ésta es una de las razones por las que la erradicación de los mininos es absurda. Además, como comentó Escalada, "es inhumano, insensible, antieuropeo y somos gente que respeta el medio ambiente, no los vamos a matar a todos porque no serviría de nada y sería una matanza bestial". A pesar de que pueda haber gente a la que no le guste encontrarse a estos felinos caminando a sus anchas por cualquier parte, como en tejados o coches, tienen la función de mantener controlados a los roedores, ya que las colonias se forman en lugares donde pueden sobrevivir, ya sea porque los alimentan o por abundancia de ratones y ratas.

el control La solución adecuada para que estos animales continúen viviendo en las ciudades sin causar molestias es su control. Éste consiste en esterilizarlos y sanearlos (desparasitarlos, vacunarlos, etcétera) para que no puedan procrear, ya que de no hacerlo, podría producirse una explosión demográfica (una gata puede llegar a parir hasta 14 crías en un solo año). De esta forma, se emplea un sistema "sensible, sostenible, de un país civilizado" y así se evitarían las continuas peleas nocturnas entre los gatos y las marcas del territorio en la época de celo.

De momento, en Tudela no se ha realizado ningún control, aunque la protectora ya se ha ofrecido al Ayuntamiento para llevarlo a cabo en la zona del cementerio, sin ningún coste para el Consistorio.

Otras de las ventajas de este tipo de control felino sería legalizar de alguna manera a esas personas que se dedican a alimentar a los gatos de manera furtiva, ya que la ley lo prohíbe. Así, ellos también vigilarían de alguna manera a los gatos.