pamplona. Jorge Mori Igoa, concejal socialista en el Ayuntamiento desde 2003, se considera "un apasionado de Pamplona desde siempre", razón que le impulsó a entrar en el Consistorio. Asegura que "haber podido trabajar por mi ciudad hace que ahora me guste y la quiera todavía más". Sin embargo, no es partidario de la política profesional y por ello se encuentra en sus planes futuros volver a su antiguo puesto de trabajo en la Policía Municipal.

¿Cuánto tiempo lleva sin ponerse la gorra?

Desde el año 97, que entré de secretario de organización del partido. Bueno, la gorra años antes. Yo era policía municipal, pero iba de paisano, pero vamos, policía dejé de ser en diciembre del 97 exactamente. Y por supuesto que voy a volver, ése es mi trabajo y tengo muy claro que la política es algo pasajero, coyuntural, a lo que te dedicas y que tiene principio y final. Y por eso es bueno y necesario que todos los que se dedican a la política tengan un trabajo estable, si puede ser.

¿Cómo empezó en política?

Bueno, yo ya llevaba mucho tiempo militando en Euskadiko Ezkerra, y participé muy de cerca en la fusión con el Partido Socialista, que en Navarra no fue que se juntasen los dos partidos, sino que los militantes de Euskadiko Ezkerra que quisimos entramos en el Partido Socialista. Yo llevaba en política ya desde los años 80, lo que pasa que la política más directa, más conocida, es cuando sales con algún cargo público. Yo entré de secretario de organización en 1997, parlamentario en el 99, y concejal en 2003 y 2007.

¿Qué le queda de su paso por Euskadiko Ezkerra?

Mucho. Sobre todo las ganas de debatir, de discutir. Nos caracterizábamos porque se debatía absolutamente todo. Éramos unas personas que, en aquellos años, vivíamos la política muy apasionadamente y se debatía muchísimo. Creo que era un partido muy democrático, y eso es bueno.

En el año 83, el partido socialista tenía 11 concejales. ¿Qué ha pasado desde entonces?

Las circunstancias no son las mismas. En el 79, el partido socialista tenía la Alcaldía con cinco concejales. Eran otros tiempos, y el buen trabajo de Balduz , unido a una ola general que se vivió en toda España, llevó a que en el 83 se sacasen 11 concejales. Ha habido muchas circunstancias, como los altibajos del PSOE, la unión de la derecha, también la unión de los nacionalistas... Es necesario reflexionar, que sigamos reflexionando, sobre el espacio político de la izquierda. Se ha polarizado el voto y la izquierda pura y dura se ha quedado en el centro, por lo que hay que revisar la oferta que hay que lanzar a los votantes para hacerla más atractiva pero sin perder su idiosincrasia y su ideología.

¿Está cómodo con el pacto UPN-PSN en el Gobierno de Navarra?

Es un pacto que se tuvo que hacer por las circunstancias, porque la aritmética es la que es. Se hizo por el bien de Navarra y por sus intereses.

¿Qué prefiere: el Parlamento o el Ayuntamiento?

El Ayuntamiento sin duda, por el trato con el ciudadano. Te da una cercanía para bien o para mal. El que un ciudadano pueda hacerte una propuesta, felicitarte o criticarte es algo impagable, y no pasa en el Parlamento, donde se hacen labores mucho más de legislación.

Usted es también secretario de Comunicación de su partido. ¿Tiene buena labia?

Tengo seguridad y creo en lo que digo. Cuando a alguien no se le entiende es porque dice algo que no cree.

Al margen de la política, ¿cuáles son sus aficiones?

Andar en bici cuando puedo, que es saludable, y bucear, que es una de las cosas que más me gustan. Tengo un poco descuidadas mis aficiones, que es algo que hay que reparar inmediatamente.

También es un gran osasunista.

Sí, soy socio pero no todos los domingos puedo ver los partidos, aunque procuro oírlos, soy un sufridor. Al que le gusta sufrir, nada de Atlético de Madrid, que no llegar a la UEFA no es sufrimiento. Maya también es muy aficionado. Antes de ser alcalde hemos hablado muchísimo de fútbol. El cargo ha separado mucho al Maya persona del Maya alcalde; me gusta más la persona que el alcalde. Pero no tendría ningún inconveniente en compartir con él ni con nadie de la Corporación una actividad. Se puede tener una buena relación con todo el mundo en política, porque esta es una actividad en la que los encontronazos son frecuentes pero el interés es común, así que es normal que las relaciones no se resquebrajen.