150 años del Casino de Elizondo
el círculo de la unión, la sociedad más antigua del valle de baztan, vuelve a sus años de esplendor
EL 19 de agosto de 1861, festividad de los santos Luis de Anjou, Juan Eudes, Andres el Tribuno, Timoteo, Agapito y Tecla, y otros varios, Elizondo vivía un importante festejo social. Se abría la primera sede de la sociedad del casino Círculo de la Unión, con 40 socios fundadores a 100 reales de vellón cada uno, y cuatro de mérito, entre ellos el alcalde de Baztan, Francisco Dolagaray, que aportaron "sólo la cuota" de 100 reales de entrada. Ha pasado siglo y medio, y después de demasiados años de ostracismo de la sociedad y de progresiva decadencia del edificio, uno de los carismáticos de Elizondo, el casino recupera su mejor aspecto y la ilusión de sus socios.
"Debía ser una casita pequeña ", comenta Ana Mari Marín, la pintora cuyo padre Blas, entonces alcalde del valle, protagonizó en 1931, una de las fiestas más sonadas de la historia de la sociedad con ocasión del advenimiento de la República. A aquel mínimo centro de reunión le siguió 21 años después el edificio actual, según Txuma Uriz, el actual presidente ha recogido de los papeles de la historia, cuando consta que la Casa de Misericordia de Baztan prestó 10.000 reales para las obras.
Antes se había cerrado y vuelto a abrir en 1876, tras la tercera Guerra Carlista, y cuatro años después, en 1880, el casino compra el piano y ya deja entrever las inquietudes culturales que han labrado su existencia. Y el actual edificio data del 7 de mayo de 1882, fecha de su inauguración, esta vez con 52 socios fundadores, 12 de número (pasarán a fundadores aportando 300 reales) y 26 de mérito, en su mismo emplazamiento y prácticamente con su actual imagen, reflejada en cientos de fotografías de ayer y de hoy junto al desaparecido Hotel Jauregui (actual Bar Karrika), la Casa Consistorial y el palacio de Arizkunenea, la casa de cultura, en uno de los espacios más carismáticos de Elizondo.
fueros, cultura y ocio
Isaac Peral y el 'Titanic'
La reapertura, hace unos días, fue un pequeño gran acontecimiento para la familia que forman los 115 socios y 5 honorarios actuales, que serán más con el tiempo y con el deseo que Txuma Uriz apuntó en el acto: "Unión en el nombre, entre los socios y amigos, y para que el pueblo esté más unido y no cada uno por su lado". Han pasado dos años desde que se acometieron las obras, y en el corte de cinta se simbolizó la continuidad del casino con el corte de cinta por el decano de los socios, Federico Valencia, y el más joven, Agustín Sansiñena, el paso a unas espléndidas instalaciones y la bendición por el párroco Javier Azpiroz.
La sociedad, el casino como se le ha llamado siempre, ha estado históricamente muy unida a Elizondo y Baztan, en la cultura, los avatares sociales y el ocio ("aquellas partidas de poker..."), a lo doméstico y a la universalidad, en cierto modo. Los avances e inquietudes sociales, los progresos en las dotaciones y en la naciente industria, y una voluntad clara de être à la page, de estar al día se observan en la documentación que aún se conserva.
La casa incorporó los servicios de agua corriente y luz en 1890, igual que Elizondo, el segundo pueblo de Navarra en hacerlo, se hacen aportaciones para el Monumento a los Fueros, a Hilarión Eslava, se contribuye en 1898 con 1.500 pesetas al sustento de la milicia en las guerras de Cuba y Filipinas, y al kiosko de la plaza de Elizondo. Y en 1905 se compran el barómetro, el termómetro y el reloj de pared (robado en los últimos tiempos) de gran tamaño y modernísimos entonces, y en 1914 se crea la biblioteca.
La sociedad demuestra su interés por la información, por lo que pasa en el mundo, y se suscribe al servicio de cablegramas (conservados e inventariados por el estudioso Pepe Fernández D'Arlas) donde se recoge la felicitación cursada en 1888 a Isaac Peral (1851-1895) al inventar el submarino, y es conocido que los socios del casino fueron "de los primeros de Navarra" (y con seguridad de Baztan) en recibir la noticia del naufragio del Titanic, el 14 de abril de 1912. En 1931 fue escenario de la gran fiesta por la proclamación de la II República, ha acogido decenas de banquetes de bodas y comuniones, los éxitos de la Agrupación Coral, conciertos y conferencias, y ha sido centro cultural y social de Baztan por 150 años.