más que preguntarse por el significado de PTV, ante el interrogante sobre este estereotipo cabría preguntarse si realmente existe quien se reconozca detrás de él. Y es que muy pocos se identifican tras estas tres letras. Parece claro que la etiqueta, que en principio significa simplemente 'de Pamplona de Toda la Vida', lleva aparejada cumplimentar, de manera más o menos estricta, una serie de requisitos. Se trataría de mantenerse fiel a una especie de mandamientos vinculados a la forma en la que se viven los Sanfermines y el resto de tradiciones de la ciudad, o asociados a la participación en determinadas sociedades gastronómicas y, según algunos, hasta clubes deportivos. Evidentemente, no valdría con nacer y vivir en Iruñea. Sin embargo, unos y otros no se ponen de acuerdo en si un PTV es algo así como la evolución del casta de toda la vida o si conlleva también una serie de matices relacionados con el modo de vida de parte de la Pamplona acomodada.

Resulta sorprendente que a la hora de indagar en el origen y las implicaciones del término haya quien prefiera prudentemente no pronunciarse por considerarlo un término en cierto modo polémico. Lo que parece un asunto liviano para la mayoría, resulta no serlo para algunos. La razón quizá sea la carga peyorativa que arrastra para según quien. El polifacético doctor en Derecho Miguel Izu escribía en los últimos Sanfermines una columna en este periódico en la que desgranaba, por supuesto en tono jocoso, las implicaciones de este estereotipo tan extendido. Y en ella hablaba también de ese aspecto levemente peyorativo. "Casi nadie se jacta de ser peteuve, ya que la expresión tiene una carga entre irónica y peyorativa, quien es tachado de serlo debe sonreír con suficiencia e indiferencia", escribía.

"un artificio" Desde luego, obedeciendo a Izu, no se trataría ni mucho menos de una ofensa, sería poco más que una guasa creada para retratar de manera más o menos irónica a una parte de los pamploneses. El concejal de Nafarroa Bai Iñaki Cabasés habla de alegoría y artificio: "Creo que sí tiene una connotación en parte negativa, un matiz despectivo en referencia a quien se considera la parte más nuclear de la ciudad, cuando de la ciudad es todo aquel que vive en ella, haya nacido en ella, que no tiene mucho mérito, o la haya elegido para vivir. Creo que eso de PTV es una especie de alegoría, con mucho de artificio y un punto irónico".

No obstante, al ser un término que anda de boca en boca y para el que no existe más definición que la interpretación que cada cual le dé, parece que esa connotación negativa no es común a todo el mundo. Desde luego no se la ven las decenas de personas adscritas al grupo de Facebook PTV-De Pamplona de Toda la Vida. Quienes desde noviembre de 2008 han escrito en el muro virtual de este grupo únicamente llevan a gala ser pamploneses, muchos de ellos residentes fuera de la ciudad. Y hablan del "subidón" del chupinazo, la morriña de ver nevar en Pamplona desde la distancia o la supuesta dificultad para ligar en la ciudad. Aquí sí hay quien se reconoce "un PTV de manual" e incluso quien asegura haber inventado el término.

En esta misma línea habla sobre el término Joseba Asiron, doctor en Historia pamplonés y profesor de la ikastola San Fermin. "Siempre ha habido gente de casa de toda la vida, que se siente de Pamplona y que no ambicionan ser de ninguna otra ciudad, por muy grande que sea, por muchos cines y teatros que tenga, y por muchos campeonatos de Liga que hayan ganado sus equipos. Antes predominaban de forma absoluta los del género masculino, pero afortunadamente creo que también en esto vamos hacia la paridad. El único requisito debería consistir en que se trate de gente que vive la ciudad casi como si de una cuestión personal se tratase, y que cualquier injuria que le causen la viva en primera persona, aunque ellos sí puedan ponerla a parir", explica.

Sobre el supuesto matiz negativo que algunos ven, Asiron tiene más dudas: "No tendría por qué ser negativo, siempre que entendamos el concepto a un nivel puramente sentimental, ni clasista, ni sexista. Y por supuesto que hay cierta ironía, cómo no. Hasta los más exacerbados PTV se definen a sí mismos de este modo en un contexto humorístico. Con los problemas que hay por el mundo no concibo otra manera de entender este tema. Ojo, tampoco faltan los que pretenden calificar al prójimo o a la prójima como PTV dotándole de una carga peyorativa, pero en mi opinión lo hacen solo por envidia".

el origen En lo que al origen del término se refiere, parece claro que se trata de una denominación reciente para referirse a un molde no tan nuevo. Mari Ganuza, de la Comparsa de Gigantes, y Joseba Asiron coinciden en que es una evolución del casta pamplonés, aunque haya podido adquirir nuevos matices. "Creo que es un término muy reciente, antes se decía casta. Incluso llegó a haber dos castas en la procesión de la Comisión de Fiestas", explica Ganuza, si bien matiza que es una denominación que no le gusta "nada de nada".

Joseba Asiron también retrocede varias generaciones para buscar el origen de la expresión. "En tiempos de nuestros abuelos existían ya los castas, los gau-txoris empedernidos, bromistas y socarrones. Eran una fauna muy abundante en Pamplona, fuente permanente de anécdotas como las que recogían en sus libros José María Baroga, José María Iribarren o José Joaquín Arazuri. En estos libros hay toda una mitología de castas, que deberían ser fuente de inspiración para cualquiera que aspire a ser un PTV de los de verdad. No un PTV 'de postal', sino un auténtico casta", explica.

el matiz social En todo caso, muchos añaden a este estereotipo un matiz vinculado a una posición acomodada. Para ellos ser un PTV iría asociado a acudir a todos los momenticos de la procesión y comer los churros en la Mañueta, pero también a ser socio de determinadas asociaciones o clubes deportivos. Vamos, que quien tiene esta concepción de los PTV los sitúa más en los Ensanches que en las afueras.

En esa línea escribía Miguel Izu estos Sanfermines: "El auténtico PTV no cesa de admirarse el ombligo y de revelarse como tal presumiendo de pertenecer a una, varias o todas las entidades a las que hay que pertenecer, sociedades, clubes, peñas, cofradías, de frecuentar todo lo que frecuentan los peteuves, sean bares, restaurantes, procesiones, espectáculos, fiestas, de conocer a todos los peteuves relevantes, todos han sido compañeros de colegio, de universidad, de trabajo, de mili, de cuadrilla, vecinos, parientes, enemigos, o algo, de sabérselas todas de historia, tradiciones, cotilleos, urbanismo y gastronomía de Pamplona". Y es esa imagen la que ni Cabasés ni Ganuza ven simpática. "Parece que hay gente que hace méritos por acercarse a ese estereotipo y se le llena la boca hablando de la ciudad, cuando quizá no la conocen tanto, que tampoco es un gran mérito, depende de que te guste su historia. A mí si me llaman PTV les miro mal", explica entre risas Ganuza.

Joseba Asiron, en cambio, se queda con una versión más jatorra en la que a buen seguro se reconocerá más de uno. "Puede haber muchas maneras de medirlo. Por ejemplo, un buen PTV debería saberse de memoria la letra completa del Vals de Astráin. Eso de cantar solo el estribillo (Que son en el mundo entero unas fiestas sin igual, ¡riau riau!), para luego seguir con el consabido la-la-lala, debería ser inadmisible. También es importante saberse los nombres de los kilikis, los de las calles del Casco Viejo... Y puede ser interesante, además, que te conozca por tu nombre un número significativo de camareros del Casco Viejo. Eso viste mucho. También es importante quedarse en Sanfermines, aunque entre algunos PTV no está mal visto irse a la playa el fin de semana de fiestas, dejando a los forasteros la parte menos auténtica de San Fermín. Claro que en mi opinión esto solo debería admitirse en caso de que la huida sea a Donostia o a Zarautz, y que sea tan solo para reponer fuerzas y volver luego al jaleo", señala con sorna.

Y, según dice, ahí sí que conoce a unos cuantos: "Si por PTV se entiende una persona que siente su ciudad y a la que gusta participar de todos sus ritos, diurnos y nocturnos, conozco muchos. En mi cuadrilla hay unos cuantos, chicos y chicas, aunque en la categoría sénior, en el trance de pasar a la reserva activa".