El comercio también vive en euskera
la asociación karrikiri dibuja para 2012 un mapa con 224 establecimientos bilingües en pamplona y cuenca
En Pamplona la gente normalmente se dirige a ti en castellano. Solo te hablan en euskera directamente cuando te oyen hablándolo con otro cliente. A nosotros, los comerciantes, nos pasa lo mismo, normalmente nos dirigimos en castellano, a no ser que escuchemos a los clientes hablando entre ellos en euskera. Es una pena". Así puede pasar, explica Nerea Ozkoidi, de la tienda de bisutería Tipi, situada en la galería comercial de Carlos III, que dos euskaldunes, comerciante y cliente, se junten en una tienda y hablen los dos en castellano pensando que el otro no es bilingüe.
Para evitar casos como este y facilitar que los euskaldunes vivan en euskera la asociación Karrikiri, junto con Karrikaluze y Elhuyar, editan cada año una guía con un mapa que incluye todos los establecimientos y servicios públicos en los que se atiende en lengua vasca (tiendas, bares, despachos...). La campaña Merkataritzan euskaraz agrupa para 2012, bajo el lema Euskaraz nonahi, hemen ere bai 237 establecimientos de Pamplona y cuenca, que han colocado una pegatina en la puerta de entrada del local para que el cliente sepa que puede utilizar el euskera, si lo desea, con total normalidad.
La tienda Tipi lleva 16 años abierta al público, y en este tiempo Ozkoidi no cree que haya cambiado mucho el perfil del vascoparlante. "Quienes más lo hablan son los de mediana edad, aunque depende, también hay muchos padres jóvenes que a lo mejor han estudiado de pequeños en ikastola y ahora vienen hablándolo con sus hijos", señala esta dependienta.
Iván Iribarren, el encargado de la tienda de ropa Slide situada en la parte vieja, sitúa a los clientes euskaldunes entre los 20 y los 40 años. "Llevamos varios años y la gente ya nos conoce, así que ya sabe que aquí atendemos en euskera", afirma, y considera que iniciativas como la de Merkataritzan euskaraz salen adelante "por la gente" porque "ya se sabe que en Navarra, por parte de las instituciones, lo que es el euskera no se apoya nada".
Mientras que en comercios como este muchos pueden no saber si atienden en euskera o no, hay otros establecimientos que se han convertido casi en un referente entre quienes lo hablan. Es el caso de la librería Abarzuza situada en el Casco Viejo. Allí Marcela Abarzuza recuerda que la gente se sorprendía cuando su madre, Cefe Fontellas, abrió el negocio y comenzó a vender los primeros libros en euskera.
Desde entonces, la familia ha mantenido la librería y la lengua y ha visto cómo esta avanza en Pamplona. "Creo que hay cada vez más euskaldunes y que ha habido un cambio a mejor, aunque eso sí, muy poco a poco", asegura Abarzuza. El impulso, señala, viene sobre todo por parte de asociaciones de euskaldunes, o de los comerciantes mismos, y echan en falta la implicación del Gobierno foral y el Ayuntamiento de Pamplona. "Cualquier pueblo del mundo que tuviera una lengua propia la guardaría como un tesoro. Lo que pasa aquí es incomprensible", apunta.
En la tienda atienden en euskera o castellano indistintamente, dependiendo del cliente, y rotulan en ambos idiomas. "Se trata de hacer visible el euskera y de normalizar su uso. También viene muy bien que los que están estudiando sepan dónde se habla para que así puedan practicar", afirma Abarzuza.
Esta idea de normalizar es la que subraya David Garnatxo, uno de los trabajadores de la cooperativa Landare, un supermercado de productos ecológicos de la Rochapea.
"Somos 12 trabajadores, el 85% euskaldunes, y los que no lo son están estudiando", cuenta. Para ellos, explica, el dar la opción de ser atendido en euskera no es una cuestión de defender la lengua, sino los derechos de la persona. "Queremos que haya las mismas posiblidades para los dos idiomas, un 50%". Un compromiso para hacer posible vivir en euskera, es decir, el emplearlo en los diferentes ámbitos y que no se quede relegado solo a la esfera familiar o de amistades.
Cada día atienden en este comercio a unos 40 clientes vascoparlantes. "Puede pasar que se dirijan en euskera justo a los dos o tres dependientes que no lo hablan tanto, pero entonces se disculpan y ya está. Los euskaldunes también son comprensivos, de lo que se trata de es de vivirlo con total normalidad", reitera Garnatxo.