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Plaza del Consejo, 1890

Plaza del Consejo, 1890Foto: De j.j. Arazur. 'Pamplona, calles y barrios'

EN 1890, el duro invierno, que había traído la nieve a las calles de Pamplona, había conocido también noticias como la del naufragio del buque inglés Serpent, crucero torpedero que se había hundido en la costa gallega el día 10 de noviembre, con un balance de 172 muertos. También era muy comentada la venida a Europa del aventurero americano Buffalo Bill, que llegaba a Barcelona el 21 de diciembre, con su circo de indios domesticados.

Mientras tanto, un anónimo fotógrafo ha instalado su trípode ante la fachada del pamplonés palacio de Guenduláin, obteniendo una imagen diagonal de la plaza del Consejo, con la fuente de Neptuno presidiendo la escena. Pamplona ha amanecido nevada, y una mujer ataviada con toquilla y falda larga cruza la calzada, donde solo se ven huellas de carros. Al fondo de la plaza vemos la vieja Audiencia, que cerraba el solar por el frente norte, con la entrada a uno de aquellos pasadizos que tanto abundaban en la Iruñea del siglo XIX, y que en este caso comunicaba la plaza del Consejo con la calle de Ansoleaga.

HOY EN DÍA la misma imagen nos depara una curiosa combinación de elementos que se mantienen igual, con otros que se han visto totalmente alterados en los 122 años transcurridos. La fuente que Paret diseñara para el lugar sigue en su sitio, recientemente restaurada, igual que ocurre con la casa de la izquierda, aunque el Taller de Reparación de Máquinas que ocupaba sus bajos comerciales desapareció hace mucho tiempo.

El edificio de la Audiencia fue derribado en el año 1909, llevándose consigo el pasadizo del Consejo, así como los castizos negocios que albergaba en su interior. Entre ellos se contaba un zapatero remendón, la joyería de Juan Florenzano, la Caja y Monte de Piedad de Pamplona, el Fiel Contraste de Pesas y Medidas, y un almacén municipal en el que por aquel tiempo solía guardarse nuestra gloriosa comparsa de gigantes. La desaparición del edificio de la Audiencia y la cárcel aneja propició la creación de la plaza de San Francisco, tal y como hoy la conocemos, con el edificio de la Agrícola, que se ve en la imagen, en uno de sus frentes.