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Calle Nueva y plaza de San Francisco, 1909

Calle Nueva y plaza de San Francisco, 1909Foto: j.j. Arazuri, 'Pamplona, calles y barrios'

EN 1909 la noticia más comentada en los diarios pamploneses había sido el estallido de la llamada Semana Trágica de Barcelona, producida tanto por la profunda crisis económica como por las órdenes de movilización que el Gobierno español había decretado, a fin de proseguir con la inútil y sangrienta expansión africana. Los incidentes terminaron con la feroz represión ordenada por el conservador Antonio Maura, con un balance de 78 muertos, además de 5 penas de muerte que serían ejecutadas durante los meses siguientes, y que provocaron una oleada de protestas y condenas en toda Europa. También fue muy comentada aquel año la construcción de un super-transatlántico a vapor, que se estaba llevando a cabo en el puerto irlandés de Belfast, y al que se pensaba poner el pomposo nombre de Titanic.

En aquella época la pamplonesa plaza de San Francisco era una pequeña plazuela arbolada, encajada entre edificios antiguos y vetustos, que tan solo dejaban un pequeño espacio libre entre ellos. Antiguamente el solar había estado ocupado por un convento bajo la advocación de San Francisco, de donde la plaza tomaría su nombre. En cuanto al edificio de la imagen, su aspecto adusto y severo se corresponde con su uso, puesto que iba ocupado por la Audiencia Provincial y la cárcel de Pamplona.

HOY EN DÍA la plaza de San Francisco, tras haber sufrido sucesivas ampliaciones, ha alcanzado un notable desarrollo, siendo la segunda plaza en tamaño del casco histórico pamplonés. El viejo monasterio de San Francisco, que había sido construido en el siglo XVI, fue derribado en el siglo XIX, y el edificio que veíamos en la imagen antigua fue demolido el mismo año en el que se obtuvo la foto, es decir en 1909. En su solar se levantó el inmueble que preside la plaza, de estilo ecléctico y obra del arquitecto Francisco Urcola (1913), erigido en una posición ligeramente retrasada para ampliar el tamaño de la plaza.

En cuanto a la calle Nueva, ya hemos visto en alguna otra ocasión que su nombre proviene precisamente de su origen reciente. Efectivamente, durante la Edad Media este lugar había estado ocupado por el foso que separaba las murallas del burgo de San Cernin, situado a la izquierda, y el de San Nicolás, que se levantaba hacia la derecha de la calle. Ya en la Edad Moderna, en el año 1582 este foso fue rellenado y pavimentado con adoquín, dando lugar a esta castiza calle pamplonesa. En cuanto a su nombre, y aunque recibió diversos títulos oficiales (calle del marqués de Almazán, calle de Higinio Mangado), el pueblo soberano la bautizó pronto como calle Nueva, y terminó por adoptar esa denominación.