"En el frontón no entran todos los artesanos y obliga a suspender algunas actividades. Además, no es lo mismo" observó Pello Iglesias, del colectivo Feria de Artesanía Cruz de Mayo. Lo cierto es que la organización acertó ayer aunque no faltó un pequeño chaparrón que obligó a poner a cubierto los productos que mostraron ayer los artesanos. Pero solo fueron unos minutos. Así, en la plaza de la villa se dieron cita más de 60 artesanos en 26 oficios como cestería, forja, talla de madera, elaboración de albokas, pintura en seda natural, restauración de muebles o trabajos en cuero entre otros.
DEMOSTRACIÓN ARTESANAL La de Alsasua no es una feria al uso, es una cita en la que se pone el foco en la demostración práctica. Por ello, los artesanos además de trabajar en sus artículos ofrecen explicaciones acerca de su oficio a las numerosas personas que se acercan a la feria. Era el caso de Samuel Martiartu, de Muchante, cuarta generación de una saga de toneleros que ha visto como ha desaparecido una forma de entender esta profesión. Y es que la empresa Fortuna Martiartu cerró hace cinco años, y con ella, la última empresa de tonelería artesanal de Navarra. Aunque Martiartu sigue en el sector, esta forma de trabajar se reserva para las ferias, tal y como lo demostró ayer. También han seguido la tradición familiar, forja artística, los hermanos César y Santi Alcoz, de Urbiola. "La crisis se nota mucho, hay que pelearse mucho" afirmaron.
Asimismo, ayer se pudieron ver faenas ligadas al modo de vida rural como el esquileo de ovejas y la elaboración de metas de hierba. A esta feria de artesanía tampoco faltó el grupo de bolillos del Aula de la Mujer. Además, sus trabajos se pudieron ver en los bajos del edifico Gure Etxea junto con las labores realizadas por el grupo de lencería.
Otro de los ingredientes imprescindibles de la feria de artesanía de Alsasua es el talo con chistorra que elaboran las talogiles de Alsasua. Ayer eran Tíscar Durán, Maite Yeregui, Aroa Gonzalo, Arantza Asurabarrena, Mari Navarreta, Maripi Larrea, Belén Rubio, Idoia Ganuza, Petri García, Mª José Elizalde y Juanita Mazkiaran, la decana con 87 años. Además, el relevo generacional parece asegurado con las nuevas incorporaciones: Maitane Antón, Aintzane Díaz y Zaida Salazar. Del fuego se ocupó José Luis Fernández.
Esta feria atrae cada año a cientos de personas, por ello la Fundación Bocalán Biat Bat aprovechó la ocasión para dar a conocer su proyecto de integración de personas con discapacidad o en situación de exclusión social mediante la utilización del perro de servicio y Terapia Asistida con Animales.