azuelo. La Asociación Santa Engracia de Azuelo ha recuperado la historia de la risma, un conjuro o ritual para sanar la rabia y que se realizaba en el Monasterio de Azuelo tanto en animales como en personas. El colectivo ha encargado un cuadro alusivo al pintor mendaviés Ángel Elvira, que lo presentó en una conferencia que impartió junto a su esposa, Mª Inés Sainz.

Sáinz habló sobre los rituales y conjuros de todo tipo que se han utilizado a lo largo de la historia para implorar al cielo la protección de personas, animales, viviendas y cosechas. Así, la estudiosa mendaviesa analizó los rituales destinados a expulsar demonios, los que increpaban a las nubes y a las tormentas, bien para solicitar la lluvia ante la sequía, bien para evitar los daños, los que protegían a los campos de las plagas y a los animales y a las personas de las enfermedades.

Por su parte, el secretario de Santa Engracia, Pedro San Emeterio, disertó sobre la risma de Azuelo y su ritual para sanar la rabia en el Monasterio de Azuelo. San Emeterio relató que la risma es un instrumento de hierro con el que marcaban a los animales, sobre todo perros, para evitar la rabia. Se trata de una vara de hierro, provista de empuñadura de madera y una cruz en el otro extremo, el cual era introducido en el fuego; puesto al rojo, era aplicado a los animales en la frente después de mojarlo en el agua que pasan por la cabeza de San Jorge.

Por su parte, las personas que llegaban heridas de mal de rabia al Monasterio tenían que rodear tres veces la iglesia de San Jorge por la mañana y después beber el agua pasada por la cabeza del santo durante todos los días que estuviesen alojados en el Monasterio.

No solamente se traían los perros a rismar a Azuelo, sino que cuando en alguna localidad se producía un caso de rabia que a veces se convertía en un foco de esta enfermedad, allí acudían los monjes del monasterio o el párroco de Azuelo, cuando éstos ya lo habían abandonado, con la risma y las reliquias de San Jorge para tratar a todo el ganado. Está muy bien documentada la salida que se hizo en el año 1904 a Murieta, Ancín, Legaria, Piedramillera, Mendaza, Asarta, Nazar, Mirafuentes, Otiñano y Torralba.

La risma que estaba instalada en la puerta del Monasterio, se trasladó a la casa del sacristán cuando desapareció la comunidad de monjes con la desamortización del siglo XIX. A partir de un dibujo realizado por el fallecido hermano de La Salle, Benigno Crespo, el utensilio ha sido reconstruido por el herrero de Mendavia, Jesús Martínez.