Ribera alta. En San Adrián, la piedra ha provocado un destrozo absoluto de los frutales, tal y como aseguraba el alcalde del municipio, Emilio Cigudosa, y la parte de los viñedos ha sufrido un daño muy importante. "Hemos hablado con varios agricultores y no nos ha dado la impresión de que haya que considerar los cultivos zona catastrófica. Es cierto que las pérdidas son muy importantes, pero hoy en día todos tienen aseguradas sus parcelas", apuntaba Cigudosa.

El municipio ribero también ha tenido que lidiar estos días con las inundaciones de varias bajeras en la zona del cuartel de la Guardia Civil, el levantamiento de adoquines en la calle Mayor y el desplome de partes del barranco que ahora tendrá que arreglar el Consistorio.

Peralta ha sido otra localidad que se ha visto sorprendida por la lluvia y el granizo. En este caso, los cultivos también han sufrido daños irreparables, y en la zona que se trabaja para lograr la concentración parcelaria se han producido destrozos de importancia notable. "Hay caminos que estaban recién construidos que han desaparecido, y la zona del regadío se sobró de agua. No ha habido que lamentar ningún otro daño gracias a que las paredes de contención del monte han aguantado muy bien", aseguraba María José Vidorreta, alcaldesa de Peralta.

Además, la finca de prácticas agrarias del IES Ribera del Arga también ha tenido serias pérdidas. Pese a que las infraestructuras resistieron las embestidas climatológicas, los cultivos hortícolas exteriores se han visto afectados en su totalidad, la mayoría de los frutales han sufrido daños y lo mismo ha sucedido con los trabajos de jardinería.

Por otro lado, en Marcilla, localidad próxima a Peralta, el primer edil, José María Abárzuza, comentaba que "no ha habido que lamentar grandes pérdidas aunque ha habido varios huertos que se han visto afectados por la piedra". Por su parte, los vecinos del municipio no podían creer la intensidad de la lluvia. "El agua llegaba hasta las aceras y daba mucho miedo pasar con el coche por las calles porque parecían auténticos pantanos. Además, varios coches resultaron abollados", afirmaba la marcillesa Iosune Caballero.

Otra población vecina, Funes, pese a ser la localidad con más probabilidad de inundación, no ha registrado graves incidentes. "No hemos llegado al punto de tener que hablar de inundaciones, pero sí es verdad que los agricultores se han visto muy afectados porque tenían todo recién plantado", informaba el alcalde, Isidro Velasco, que añadía que "la piedra que cayó aquí era menuda, por lo que sólo ha dañado cultivos".

Azagra es otro municipio que tendrá que revisar la magnitud del deterioro ocasionado por las tormentas. Desde el Consistorio aseguraban que las zonas de monte se han visto afectadas, y que los viñedos han sufrido de manera devastadora las consecuencias de la piedra.

Sin embargo, en Lodosa no se registró ningún daño porque la granizada no les alcanzó. "La verdad es que nos hemos librado de una buena", afirmaba el presidente de la Denominación de Origen Pimiento del Piquillo de Lodosa, Jesús Aguirre.