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Haciendo buenas migas

ujué celebró su 13º edición del día de las migas de pastor bajo UN CALUROSO sol y UNA alta afluencia

Haciendo buenas migas

El día empezó con el reparto de un caldico, de sopa de ajo, a las diez de la mañana en una de las plazas que ayer se llenó de puestos artesanos. Sin embargo, el plato fuerte (o, en esta ocasión, el cuenco) se serviría a partir de las 12.00 horas, y hasta fin de existencias, en diversos puntos del pueblo. El plato, las aclamadas migas de pastor. Los vecinos que colaboraron en la jornada de ayer se repartieron en cuatro puntos de la localidad para repartir: en la calle San Antón, en la calle Larga, en la plaza Pilarraña y, para la compra de recipientes y rosquillas ahí mismo cocinadas, en la plaza del Ayuntamiento.

La receta de las migas, ayer servida en unas 2.000 raciones, tiene un origen humilde ya que fue una comida típica entre el mundo pastoril porque su elaboración, en la forma más básica, contaba con ingredientes al alcance de todos: agua, sal, manteca, sebo de cordero y pan de varios días. Aunque esta austera receta, ayer, los encargados de cocinarlas -los tres establecimientos de la localidad, el mesón Las Torres, la panadería Pastas Urrutia y el restaurante asador de Uxue- la cocinaron de una manera más elaborada y en la que cada cual suele "darle su toque". "Con champiñones, ajos, tomate y cada uno, su punto", contó Begoña Ibáñez, vecina del pueblo y colaboradora en la "sección de fogones", donde removía al fuego los peroles traídos de los establecimientos hosteleros hasta una bajera habilitada para ello, junto a Fernando Jurío y Miguel Ángel Villar, entre risas y buen humor.

proceder del día Para la degustación de las migas, era imprescindible comprar un tarro de cerámica de Ujué por el precio de 2,50 euros, el cual incluía dos degustaciones, una cucharilla de plástico para proceder a la comida, una servilleta para después, y el mismo tarro a modo de recuerdo de la jornada. "Es una manera de promover los productos del pueblo, y el mismo pueblo", expresó Ibáñez. Y así se apreciaba por las calles. Había un grupo vestido de blanco y rojo, cuyos pañuelicos delataban su procedencia de Olite; alguno de Pamplona o, sobre todo, personas de otros pueblos de la zona media que fueron a pasar el día, como la familia de Carlos Quintana y Maite Beraiz, con sus hijos Ainhoa, Íñigo y Maider, de 10, 7 y 6 años, respectivamente. "Venimos de Tafalla, aunque somos de Sakana, y es la primera vez que estamos en el día de las migas", relató Beraiz. Habían acudido a una de las visitas guiadas a la iglesia Santa María de Ujué, y "nos ha gustado: la iglesia y el pueblo que es curioso y bastante bonito", opinó Quintana.

A la jornada le acompañó el buen tiempo, circunstancia que alegró a Javier Hernández, concejal de Festejos. "Se ha presentado muy buen día, está habiendo mucha gente... y a la hora de la comida, esperamos más", expresó hacia las doce y media de la mañana. El buen tiempo, la alta afluencia y el buen humor, no fueron los únicos acompañantes del día. Durante la jornada, también paseó por el pueblo la música de una fanfarre con violín, flauta travesera o tambores, entre otros; y se ubicó en la plaza Toril, hasta las 15.00 horas, una feria de artesanía con puestos de queso de vaca, de ajos, de tejas pintadas o manualidades varias.