Con el título de hijos predilectos (a los nacidos en la ciudad) y adoptivos (a los de fuera), Pamplona reconoce a las personas que han destacado por sus cualidades o méritos o que han contribuido con la ciudad con sus servicios prestados. Una forma de reconocimiento muy en auge durante la primera mitad del siglo XX que ha dejado como consecuencia que, de las 18 personas que mantienen este título, muchas estén vinculadas a la dictadura franquista o estén reconocidos por su rango religioso, a menudo también en relación con el régimen.

Hasta la fecha se ha retirado el título a una sola persona: al propio Francisco Franco, a quien pese a no ser nacido en la ciudad se le concedieron en 1948 ambos títulos. Durante casi 60 años mantuvo esta distinción, hasta que el Pleno decidió en 2007 revocar el reconocimiento al que fuera reconocido por Pamplona como "Caudillo y Salvador de España".

En la memoria del Ayuntamiento permanecen, en cambio, otros nombres como Marcelino Olaechea, Federico Mayo Gayarre o Enrique Delgado Gómez. Una vez en democracia, solo se ha concedido esta distinción una vez: fue en 1996 a Miguel Induráin a quien pese a ser de Villava le fue reconocida la aportación que como deportista realizó a Navarra y a su capital.

El pentacampeón del tour también fue homenajeado ese mismo año con la Medalla de Oro de la ciudad, un reconocimiento que comenzó a otorgarse en 1983 y que ha dejado en un segundo plano los títulos de hijos adoptivos y predilectos.

principios del siglo xx

Sarasate, el primero entre los predilectos

La concesión de los títulos de hijo predilecto y adoptivo tuvo en Pamplona su auge a principios de siglo XX. Aunque también estaba presente el componente político -el primer hijo adoptivo de Pamplona fue Manuel Andía y Abella, Gobernador Militar- la mayoría de los galardonados durante las dos primeras décadas estaban relacionados con la cultura, la educación o con la aportación que realizaron a la ciudad.

Prueba de ello es la concesión del título al violinista y compositor Pablo Sarasate, quizá el nombre que los pamploneses más identifiquen con la condición de "predilecto". De hecho, es el único de esta lista al que se le sigue homenajeando año tras año en el cementerio en la festividad de Todos los Santos. La Corporación le ofrece un responso y una ofrenda floral cada 1 de noviembre frente a su mausoleo, que financió el propio Ayuntamiento de Pamplona para enterrar al músico en 1908.

Sarasate no es el único reconocido por su contribución a la ciudad en su faceta como músico. Le acompaña en la lista como hijo adoptivo Remigio Múgica que, aunque nacido en Gipuzkoa (Bergara, 1866), se trasladó a Pamplona para ser tenor en la Catedral y pasó a dirigir después el Orfeón Pamplonés, al frente del cual estuvo durante cincuenta y cuatro años.

En esta línea también fue homenajeado Domingo Elizondo Cajen, quien destacó por su faceta empresarial vinculada a la industria y al desarrollo ferroviario y también la figura de José María Huarte Callís, que destacó por su labor como maestro.

Como curiosidad cabe destacar que la única mujer que ha sido destacada con el título de hija adoptiva lo fue en estas fechas, concretamente en el año 1902. Se trataba de Concepción Benítez y Ruiz, quien también presta su nombre a una calle en el barrio de Etxabakoitz. Viuda de Nicanor Beristegui y dama de la Real Orden de la Reina María Luisa, fue homenajeada por ceder a la ciudad los terrenos para la construcción donde se levantó el Hospital de Navarra.

También fue reconocido como predilecto y adoptivo (solo él y Francisco Franco tuvieron ambos títulos) Miguel Primero de Rivera, presidente del Consejo de Ministros entre los años 1923 y 1930 y padre de José Antonio Primo de Rivera.

franquismo

Reconocimiento para religiosos y militares

Durante el régimen franquista se nombraron otros cuatro hijos de Pamplona, además de al propio Franco, que todavía mantienen el título de adoptivo o predilecto. El primero, en 1946, fue Marcelino Olaechea Loizaga, obispo de Pamplona y arzobispo de Valencia quien, quien aunque al principio se mostró más distante, acabó mostrando públicamente su apoyo a la Falange.

También fue reconocido, en 1953, como hijo predilecto Federico Mayo Gayarre, ingeniero de minas, durante la Guerra Civil fue nombrado Capitán de Ingenieros, y después fue director general del Instituto Nacional de la Vivienda e impulsor del Patronato Francisco Franco. Mayo también contaba con una calle a su nombre en el barrio de la Chantrea, y que fue cambiada de nombre en 2008 junto con otras 19 calles dedicadas a figuras del franquismo. Su título, en cambio, permanece.

Tres años después, en 1956, la distinción recaería nuevamente sobre la figura del obispo, en este caso Enrique Delgado Gómez.

El último en ser nombrado adoptivo es José María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, y al que se le reconoció su aportación a Pamplona como fundador de la Universidad de Navarra. Al recibir el reconocimiento de manos del entonces alcalde, Miguel Javier Urmaneta, Escrivá de Balaguer destacó su intención de "hacer de Navarra un foco cultural de primer orden al servicio de nuestra Madre la Iglesia".

medalla de oro

Un homenaje propio de los nuevos tiempos

La Medalla de Oro, que comenzó en 1983 y ha sido concedida en diez ocasiones, se considera más coherente con los nuevos tiempos, es más abierta a la aportación de colectivos de distintos ámbitos y reconoce la labor de una persona o un grupo de ellas pero sin anteponerlas frente a otros ciudadanos.

Con la medalla, se han puesto en valor el trabajo de músicos como Luis Morondo, el compositor Manuel Turrillas o la labor de la Asociación de Donantes de Sangre. La más reciente es la concedida a la Comparsa de Gigantes y Cabezudos en 2010 con motivo de la celebración de sus 150 años de andadura. También hay un político en esta lista de homenajeados: Tomás Caballero, concejal regionalista asesinado por ETA en 1998.

otras ciudades

Un título abolido en Barcelona

Algunas ciudades han dado un paso más allá que Pamplona y han abolido la figura de los hijos adoptivos y predilectos de la ciudad. Es el caso de Barcelona, que decidió acabar con esta figura el pasado mes de abril, y se ha sustituido por la Medalla de Honor de la ciudad y el título de "amigo o amiga" de esta.

En el lado opuesto, Valencia acaba de nombrar hace escasos días a sus nuevos hijos predilectos, el director de orquesta Enrique García Asensio y la catedrática de Filosofía Adela Cortina. En este caso, ha tenido que ser la sentencia de un tribunal la que quitara el cargo de hijo predilecto a Francisco Franco, que hasta septiembre continuaba con este tratamiento.