Avispas asesinas beben cerveza en el Bidasoa
su invasión está tan extendida que no se podrá erradicar y los apicultores deben resignarse y aplicar trampas domésticas
Llegaron un día sin que nadie lo advirtiera ni lo pudiera evitar, se asentaron y parece irremediable asumir que se quedarán, a salvo de que la ciencia o alguien consiga un remedio eficaz porque, en caso contrario, la Vespa velutina o avispa asiática que el común de la población ya conoce como avispa asesina puede ser la ruina de las colmenas. Esta avispa dicen los apicultores que se alimenta de abejas y puede llegar a matar de 30 a 40 ejemplares al día, lo que supone una amenaza que, al ritmo de su capacidad de reproducción, es muy preocupante.
"El problema está en las que no vemos y estas avispas están mucho más extendidas de lo que parece", explica Gabi Fuentes, el guarda mayor del servicio que tiene su base en el Señorío de Bertiz y que afirma que "no hay protocolos de actuación muy claros y concretos" porque la acción invasora ha sido rapidísima y ha pillado a todos desprevenidos. Fuentes señala que ellos aplican un sistema de geolocalización (GPS) de nidos y calcula que ahora mismo "tendremos censados de 90 a 100 en el Bidasoa sobre todo y también algo en Leitzaran, no en Leitza pero sí en Goizueta".
Y lo peor, en su opinión, es que los nidos que se ven "están ahora inactivos, en esos ya no hay nada que hacer" y su único efecto es meramente estético. Ahora, con la llegada del otoño y el invierno y la caida de la hoja, las colmenas de avispas invasoras serán mucho más visibles y llamarán más la atención, pero eliminarlos, además, no aporta nada porque la reina vieja ya no es reproductiva y la joven (que ya está fecundada) es más que probable, seguro, que habrá encontrado otro refugio para hibernar.
medidas domésticas
Con cerveza y a raquetazos
Lógicamente, los más afectados, los apicultores, intentan defender sus colmenas e impedir la acción de las "avispas asesinas", y aplican por su cuenta las medidas y los métodos más variados. En un caserío de Etxalar las atraen hasta un recipiente con ¡cerveza!, bebida que por lo visto les gusta y crea adicción, y las matan. Pello Berho, en Oronoz Mugairi, las combate a golpe de raqueta, se coloca delante de las colmenas y cuando se aproximan las mata de un raquetazo: "Acabaremos de tenistas", bromea, consciente de que es perder el tiempo ya que "puedes matar 40 o 50, pero eso no supone nada".
Otros las ceban con una fórmula a base de cerveza negra, vino blanco y jarabe de grosella (a las avispas les gusta el alcohol pero a las abejas domésticas, no) y otros con un líquido que venden las ferreterías y consiguen eliminar unos cientos, pero saben que es "una batalla perdida". El remedio se presenta complicado, la alarma social es cada vez mayor y las llamadas se suceden a Policía Foral, Guardia Civil y a los bomberos, que carecen de un protocolo de actuación para esta especie concreta, que al parecer no ataca a las personas y en todo caso su picadura es como la de una avispa normal salvo para los alérgicos.
Más en Navarra
-
El Gobierno de Navarra activará la lista de aspirantes de Maristas para sustituir las renuncias
-
Larrasoaña acogerá la fiesta del Euskera del valle de Esteribar
-
Auritz/Burguete rinde homenaje a la visita de San Francisco de Javier en 1525
-
Exposición colectiva con más de 300 obras de alumnos de la Escuela Municipal de Arte