Leitza derrocha originalidad

LEITZA. Más de uno quedó boquiabierto ayer con la originalidad y la imaginación que demostraron los leitzarras en el tradicional desfile de carrozas de carnaval. Como manda la costumbre, las calles del pueblo se convirtieron para el mediodía en una improvisada pasarela de disfraces en la que las cuadrillas pudieron lucir sus creaciones y hacer gala de su talento. Algunas lo hicieron a bordo de enormes carrozas como los jóvenes panaderos, que no pararon de amasar pan mientras saludaban al público, al tiempo que otros ofrecían espectáculos a pie de calle.

"Murrizketarik ez! Etxebizitza denon eskubidea!", exclamaban Amaia Jaka y sus amigas en la peculiar manifestación que organizaron para protestar contra los recortes y los desahucios. Vestidas de Reyes Magos y demás figuras que rodean el nacimiento del niño Jesús, estas jóvenes dieron vida a un belén desahuciado. "Llevábamos tiempo queriendo disfrazarnos de belén y, al final, lo hemos hecho con el toque de actualidad", explicó Jaka.

A pocos metros, las carrozas del arca de Noé y los pitufos destacaban por sí solas. La primera era un enorme barco en cuyo interior una multitudinaria cuadrilla saltaba y daba brincos disfrazada de todo tipo de animales. La segunda gustó especialmente entre los pequeños, ya que reproducía a la perfección la aldea de pitufos, con Gargamel y su gato Azrael incluidos. "Hemos querido rendir tributo a estos dibujos animados en su 50º aniversario", indicó desde lo alto de la carroza una de las pitufinas, Txaro Gordobil. La feria ambulante fue otro de los atractivos de la mañana.

Cual si fuera un feriante profesional, Sergio Merino animaba al público a reventar globos con pequeños dardos, una actividad que entretuvo sobremanera a los niños. Sin lugar a dudas, el espectáculo que más hizo reír al público fue el de la pareja que interpretó a Maikruz y Maikarmen, las reporteras más dicharacheras del programa Kontuz Atsuak! de ETB 1. La versión leitzarra de las atsuak era clavada a la original, sin olvidar la caja de galletas Cuétara y un coche antiquísimo con el que la pareja recorrió las calles del pueblo provocando carcajadas entre las cientos de personas que presenciaban el desfile.

Los opositores a las corridas de toros también ofrecieron espectáculo a pie de calle, con unos originales toreros que no paraban de lidiar. A escasos metros, dos socorristas intentaban salvar a los bañistas de las picaduras de las medusas. "Tengan cuidado porque hay un montón de medusas y no paran de picar", advertía Arantzazu Lizartza. También en el agua, pero sin riesgo de sufrir picaduras, una cuadrilla de niños disfrutaba en el txiki-spa que prepararon Mikel Martínez Barranco y demás progenitores. "Les hemos puesto una bañera, los hemos vestido con albornoces y están tan felices", comentaba uno de los padres.

Una tras otra, las carrozas desfilaron por el centro del pueblo durante más de una hora, antes de partir a las escuelas municipales, donde continuaron con la fiesta en la comida popular de carnavales. La juerga y el buen ambiente continuarán hoy con la tradicional eskea o ronda que se realiza por los caseríos a fin de recaudar fondos para financiar los carnavales. Los participantes se reunirán a las 9.00 horas en la plaza del pueblo y desde ahí partirán hacia los barrios Erreka, Arkiskil, Sakulu y Gorriztaran. Mañana se repetirá la operación en los caseríos del barrio Erasote.