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El futuro se detecta y se crea

HEMOs visto que el Gobierno daba marcha atrás a su decisión de trasladar el centro tecnológico Ctel, posiblemente una de las últimas apuestas ambiciosas planteadas desde aquí. Uno de los efectos secundarios de la crisis económica en Tierra Estella es la falta de ambición. Hemos pasado de que cada localidad intentara dotarse de un polígono industrial a que nos conformemos con quedarnos como estábamos. Los polígonos creados siguen sin apenas recibir ofertas para la instalación de nuevas empresas y se cruzan los dedos para que las que hay permanezcan. Las nuevas tecnologías y la deslocalización han hecho que factorías como la antigua Agni - que contaba con 800 trabajadores- o la vieja Salvat -con más de 600-, mermen. Aquellos 1.400 puestos de trabajo hoy se han visto reducidos a 238 que, además, viven la incertidumbre y la problemática de sus respectivos convenios. Traigo estos dos ejemplos porque seguramente son los que mejor nos indican el tamaño de la brecha; de cómo se ha ido erosionando la capacidad de empleo de nuestras empresas. Afortunadamente Tierra Estella cuenta con estas dos y con otras más grandes o más pequeñas con las que afrontar el futuro. Estoy convencido que la noticia de la instalación de grandes empresas en nuestra merindad la vamos a dar. Entre otras cosas porque contamos con una población con un alto nivel de formación y con una demostrada capacidad de trabajo. Pero mientras llega; queda la responsabilidad de seguir inventando una economía con cierta especialización que las supla. Una que seguramente puede representar más riqueza porque nazca de nuestras propias fortaleza. El Ctel puede ser una buena herramienta para, en fin, detectar y crear ese futuro.