elizondo. Los exalumnos del Colegio de San Martín de Oronoz, que por décadas gestionaron los Hermanos Maristas, volverán hoy a la localidad para celebrar su anual asamblea y convivir durante el fin de semana. El colegio, igual que el de Nuestra Señora del Carmen para chicas, construidos y costeados ambos gracias a la generosidad del oronoztarra emigrante en México don Martín Urrutia Ezkurra, ya no existen, convertidos en edificios de viviendas, pero sí muchos de los exalumnos que aquí estudiaron y se formaron para abrirse camino en la vida.

De hecho, el primer encuentro de los que residen en lugares más alejados y otros de la comarca tuvo lugar ayer en la sociedad de Oronoz, donde Rosa Mari Bertiz, que sabe de qué va la cosa, les cocinó una cena ligerita (sopas de ajo, ajoarriero y la típica gaztanbera), antes del banquetazo que compartirán en el Urgain, y se despidieron cantando la Canción del Baztan que compuso Ignacio Uriarte. En la sobremesa se ofrecerá un reconocimiento a los pinches, como se conocía a los ayudantes de cocina, que la junta directiva que preside el elizondarra Javier Alzuguren considera que fueron parte fundamental en el funcionamiento del colegio y en los juveniles e insaciables estómagos de los colegiales.

Hoy será la fiesta central, que se iniciará a las 10.30 horas con una misa por los profesores y amigos fallecidos en la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora que oficiará José Luis Casla, precisamente exalumno, acompañará al órgano el hermano marista Jesús Rekalde y cantará la oronoztarra Mari Carmen Torroba. Luego, tendrá lugar la asamblea general en la que se tratarán diversos asuntos, se repartirá una recopilación histórica de fotografías que ha confeccionado el exalumno Francisco Vierbücher, de Zumárraga (los alumnos guipuzcoanos fueron muy numerosos en la historia del San Martín) y también se proyectarán para verlas juntos, y la foto de familia se tomará en el frontón Hermano Segundo, construido en 1951.

En el Urgain les esperará Fermín Goñi para servirles una soberana comida y, tras el homenaje a los pinches y la sobremesa de rigor, habrá despedida cantando el Himno a la Pelota, hasta el próximo año.