Así viene siendo desde el pasado 18 de julio, fecha de comienzo de la campaña de verano, por la que cada jueves la antigua casa de los médicos abre sus puertas, de 18.00 a 21.30 horas, para recoger el excedente aportado por los hortelanos para la causa que el sangüesino Eneko Ojer impulsó con la ayuda del Ayuntamiento, Cederna-Garalur, el párroco, José Mari Martinicorena, y, por supuesto, del voluntariado.
La donación supera ya los 300 kilos de productos frescos y verduras entregados por 25 hortelanos. Lechugas, patatas, remolacha, acelgas, ajos, pimientos, cebollas... y los primeros tomates que este año se retrasan por el tiempo, sobran en las huertas y los anónimos participantes lo tienen claro: "A todos nos sobra para llevar a casa, dar a los amigos y entregar al proyecto". Y esta es la filosofía original: "Repartir entre todos los que necesiten y que nadie se quede sin nada por participar en esta iniciativa solidaria. Tampoco hace falta traer grandes cantidades, basta con que cada uno aporte algo", insisten los voluntarios. "Si en Sangüesa hay 500 huertas, y cada una aporta un pepino, la cuenta está clara", añade Aitor Rubio. Hacen hincapié en que no importa la cantidad del producto que se entregue. Basta con que esté en buen estado de conservación. Tampoco es necesario contribuir continuamente, y si alguien no puede acercarse a llevarlo, existen voluntarios que acudirían al huerto a recogerlo. "Que vengan con lo que puedan. Está bien más gente con poco, que poca con mucho, porque queremos implicar al mayor número de personas", matiza Rubio.
La campaña está siendo un éxito, afirman sus organizadores, y desde el París 365 la han calificado de muy positiva, tanto en lo social como en lo práctico. "El movimiento vecinal a favor del proyecto, la implicación del Ayuntamiento, y el apoyo y el peso económico que supone para nosotros es muy importante", manifiesta agradecida Eliana Alemán, responsable de proyectos de la Fundación Gizakia Herritar, sociedad promotora del París 365. Esta campaña es fundamental, añade, para mantener las 70 comidas y 60 cenas que reparten a diario, más la ayuda a 139 personas con la entrega domiciliaria de la comida.
También es cierto que ha arrancado justo en un verano de los más atípicos: no hay todavía tomates y escasea la fruta "porque las huertas vienen muy retrasadas por las lluvias caídas", apunta Antonio Miguéliz en su doble condición de concejal y hortelano comprometido. Esto hace que el Ayuntamiento se plantee ampliar la campaña hasta octubre, e incluso mantenerla en otoño. La decisión la tomarán pasadas las fiestas de septiembre, única semana de descanso para el proyecto.
El ejemplo de Sangüesa, que ha sido pionera, es exportable a otros pueblos. "¡Ojalá lo sea!", expresa Joaquín Grau, concejal de Asuntos Sociales y coordinador de la campaña, quien también muestra su satisfacción: "Antes de que se quede en la mata, hay que repartir".