cEBollas, ajos, lechugas, borrajas, guisantes y habas ya están creciendo en la huerta de la ikastola Atargi, de Villava-Atarrabia, gracias al ímpetu y trabajo en equipo de las 14 mujeres de la localidad que han participado en el taller Ecofeminismo y huertos urbanos: una forma de empoderamiento y empleo femenino, organizado por el Área de Igualdad del Ayuntamiento e impartido por Iosu Litago y María José Castuera, socios de la empresa La Güertica, dedicada al diseño y manejo de huertos urbanos y ecológicos. Se trata de un curso básico de iniciación, de 14 horas y gratuito, que se ha desarrollado entre el 18 y el 27 de noviembre, coincidiendo con las conmemoraciones de la Semana de la Prevención de la Violencia de Género.
Una de las principales finalidades de este proyecto, según explica Litago, es que las participantes "salgan empoderadas y con ganas de llevar a cabo una iniciativa de este tipo, ya sea a nivel particular o a nivel comunitario, aunque este último caso sería lo ideal". En esta misma línea se expresa Castuera. "Al principio hacíamos juegos de dinamización para que se conocieran, ya que uno de los objetivos es que si alguna de ellas consigue un huerto, lo lleven y trabajen entre todas", señala.
TEORÍA Y PRÁCTICA La idea de fondo que ha persistido durante todo el taller es que el cultivo hortícola es una forma para ganar autonomía, mejorar la autoestima, aumentar el empoderamiento con el entorno y desarrollar la imaginación. Las actividades han estado divididas entre la Casa de Cultura y el huerto de la ikastola Atargi, donde les han cedido un espacio "para que hiciéramos lo que quisiéramos". "El problema es que durante la primera semana llovió mucho y no pudimos aprovecharlo al máximo, aunque intentamos hacer actividades en el aula", indica Castuera.
En las clases teóricas se ha intentado ahondar en el concepto de ecofeminismo, dar a conocer y visibilizar las tareas realizadas en el pasado y el presente por las mujeres -en relación con la agricultura o los huertos- y conocer experiencias emprendedoras, además de explicar nociones básicas de agricultura ecológica, que se han desarrollado durante las sesiones prácticas. En lo que se refiere a las sesiones al aire libre, los encargados de La Güertica aconsejaban a las mujeres participantes en el fomento de la agricultura ecológica y sostenible. Por ejemplo, el cultivo lo han trabajado en un espacio delimitado, un bancal elevado y profundo, para no pisar o arar tanto la tierra como en la agricultura tradicional. En cuanto al riego, Litago y Castuera impulsan técnicas novedosas, como la técnica de riego sudante, en la que el agua se filtra a gotas a través de una tela, evitando el despilfarro.
Otros consejos que han intentado promover entre las mujeres de Villava-Atarrabia son la importancia de no trabajar la tierra todos los años, para no estropear la fauna, no arrancar la raíz de los productos sino cortarla, para que pueda servir de alimento a las lombrices, o no abonar en exceso o por sistema el terreno, sino dependiendo de sus necesidades en cada momento.
el futuro Uno de los deseos de futuro de este proyecto es que el Ayuntamiento disponga de huertas ecológicas y comunitarias en la localidad, para que los vecinos puedan acudir y trabajar de manera autogestionada.
Pero por el momento, como objetivo a corto plazo, tanto monitores como alumnos se conforman con repetir, después de hacer balance de un primer curso de iniciación que consideran muy positivo. "Se queda un poco corto pero yo creo que ha gustado. De hecho, el otro día algunas de ellas hablaron de hacer un escrito pidiendo que en primavera se organice un curso para profundizar, no ya de iniciación", apunta Castuera. Entre risas, ellas comentan que durante el invierno acudirán a ver cómo van creciendo los alimentos que han plantado en la huerta de la ikastola Atargi. Un espacio donde han aprendido, compartido trucos y cultivado, también amistades.