ESTELLA-LIZARRA- Más de 50.000 personas fallecen al año en el mundo por mordeduras de serpiente, según la Organización Mundial de la Salud. En Navarra la incidencia de estos ataques es mínima (entre 3 y 5 casos anuales por especies venenosas), pero no está de más ser precavidos. Ricardo Erce Eguaras, médico del Servicio de Cirugía General del hospital García Orcoyen de Estella, impartió hace unos días una charla sobre mordeduras de serpientes organizada por el Club Montañero de la ciudad del Ega.

Aunque no se considera un especialista en ofidios, sí es un "gran aficionado", hobby que le viene desde que, siendo un niño, se entretenía con su hermano Juan con un terrario y que fue alimentando, en la universidad, compartiendo experiencias con varios biólogos. Como profesional de la medicina, le ha tocado atender a sus 64 años, numerosos casos derivados de estos ataques, tanto en Galicia, donde ejerció durante más de una década, como ya después en Estella, donde empezó a trabajar en 1984. Además, es el coautor del único estudio conocido en Navarra sobre este tema.

¿Ha atendido muchos casos de mordeduras?

- He visto unos 50 casos en total, entre los años que estuve en Galicia, donde eran más frecuentes, y los que llevo aquí. En Navarra, además, hay un estudio sobre este tema y, aunque es un poco antiguo, de 1995, creo que es el único que existe. Lo hice en compañía de otro médico, Chema Arraiza, y estaba becado por el Gobierno de Navarra. En concreto, era sobre emponzoñamientos por mordeduras de serpiente, es decir, que hubiera mordedura con veneno, ya que puede que te muerda una que no tenga veneno o que no te lo llegue a

¿Qué concluyó el estudio, que hay un riesgo grande, mínimo...?

- La incidencia es más bien baja, con entre 3 y 5 casos al año de mordeduras con veneno en toda Navarra, según el estudio que hicimos, que era retrospectivo de los cinco años anteriores. Además, las especies peligrosas que tenemos aquí, fundamentalmente tres, no son de forma habitual mortales. Yo, de hecho, nunca he visto un caso en el que el paciente muriera, aunque en el mundo hay una barbaridad. Se estima que más de un millón de personas son mordidas cada año y que más de 50.000 mueren. Las poblaciones se han ido extendiendo al campo, y las serpientes se acostumbran a meterse en las casas donde puede haber roedores, como sucede en zonas con pocos recursos de algunos países como India. Por eso, a nivel mundial es un problema médico grave. Y, de hecho, cada vez hay un movimiento más importante de laboratorios para producir antídotos y se crean nuevas especialidades médicas de toxicología animal, sobre todo en países con mayor incidencia como el Sudeste Asiático o Australia. Hay especies terrestres muy peligrosas, como la mamba negra, la víbora de Russel o la taipán australiana, que puede matarte en pocos minutos. La más peligrosas son las marinas, pero apenas se dan casos de mordeduras.

¿Qué tres especies son las peligrosas en nuestro territorio?

- En Navarra tenemos tres que inyectan veneno: dos víboras, la vípera seoanei o cantábrica, que es la más habitual, la vípera aspis y la llamada culebra bastarda o malpolon monspessulanus. Esta última es la que se suele ver en la primavera aplastada en la carretera y suele medir metro y medio o más.

¿Y cuáles son las zonas donde se suelen encontrar?

- En el norte. En el mapa que hicimos tras el estudio nos salió trazada una línea desde la zona de Cabredo hasta más o menos el valle de Roncal, y todas las mordeduras -en total eran 19 en cinco años- se habían dado por encima de esa línea, ninguna por debajo. Pero eso no quiere decir que no las haya. Por ejemplo, en la zona de Améscoa me han tocado varios casos y el último que he visto fue el año pasado en Ayegui, en la falda de Montejurra. Le sucedió a una mujer que tuvo que ingresar en el hospital.

¿Y existen datos de mortalidad?

- En España no hay mortalidad. Antes sí, pero sobre todo por el cuadro anafiláctico que se producía por la inyección del suero antiofídico, es decir, que el suero es a veces más peligroso que la mordedura, hablando siempre al nivel de aquí, donde hay pocos casos. Antes se ponía mucho suero y se daban casos de anafilaxia. Por eso, ahora solo se suministra en casos muy concretos, cuando la evolución del paciente no es buena. Yo, de hecho, he puesto bastantes veces, ahora ya no por el riesgo que tiene salvo en casos muy graves. Por ejemplo, hace seis o siete años tuve un caso de un médico al que le mordió una víbora en Tierra Estella. Él las manipulaba para ayudar a un biólogo que hacía labores de seguimiento, y era la segunda vez que le mordía. Por eso, él ya había creado anticuerpos, así que tuvo una reacción anafiláctica y se puso bastante mal. Estuvo en la UVI.

¿Cómo se elaboran esos antídotos?

- Hay gente que se dedica a capturar distintas especies por todo el mundo, vende su veneno y con eso se hacen los antídotos. Se elaboran con suero inmunizado de caballos, es decir, se inyecta el veneno a los caballos, se saca el suero y luego eso se inocula a un paciente cuando le han mordido. El que se usa aquí es el suero antiofídico del Instituto Pasteur, elaborado con veneno de tres víboras europeas.

Y antes de que sea necesario el suero, ¿cuál es el tratamiento?

- Normalmente requiere un ingreso del paciente, además de un tratamiento antibiótico porque los colmillos llevan muchos gérmenes y pueden provocar una infección grave, incluso tétanos. Por tanto, si la vacuna no está en regla, hay que ponerla. Después, el paciente requiere reposo y hacerle una analítica para controlar la coagulación, ya que suele alterarse. Se puede producir una hemólisis (destrucción de glóbulos rojos) y hay que controlarlo. También puede provocar destrucción del tejido, así que hay controlar posibles lesiones. De hecho, he visto algún dedo con necrosis. Desde mi punto de vista, es necesario el ingreso y, de hecho, en el estudio que hicimos, 14 de los 19 pacientes fueron ingresados, con una media de cuatro días de estancia hospitalaria. Una mordedura no es una broma, pero si el paciente está bien al día siguiente se le da el alta, ya que el problema está en las primeras horas.

¿Qué debe hacer una persona que, por ejemplo, está paseando por el monte y sufre una mordedura?

- Lo más importante, ir a un hospital. Es obligatorio, aunque puedas pensar que no es venenosa o que no te haya inyectado el veneno. Si no eres un experto, no te puedes quedar tranquilo, y casi siempre a los diez minutos ya hay dolor y aparece un edema local. Conozco un caso de un hombre al que le mordió subiendo al Adi con la familia, no le dio importancia y siguió hacia arriba. Al final lo tuvieron que bajar en muy malas condiciones y casi con pérdida de conocimiento. Si se ha matado la serpiente, es bueno aportarla para que no quepa duda de qué especie es. Y mientras se va al hospital, hay que intentar tranquilizarse, reposar, quitarse anillos y relojes, lavar la herida, se puede aplicar hielo y un antiséptico local.... Cada vez hay más consenso sobre cosas que no hay que hacer: torniquetes, succiones, incisiones...

¿Cómo puede distinguir alguien inexperto qué especie es?

- Lo más característico es que la víbora tiene la pupila vertical, no redonda como las culebras. Además, no tiene placas en la cabeza, tienen escamas, como en el cuerpo. Esos son los datos principales, aunque hay otras características: la víbora es más corta y rechoncha, tiene la cola más corta y también es más tímida, se esconde. En cambio, la culebra venenosa que tenemos aquí hace al revés, se eriza como una cobra y bufa. Eso sí, es más difícil que muerda porque no tiene los dientes delante, como las víboras, sino más atrás.

¿En qué parte del cuerpo se suelen dar más, en las piernas?

- No, el estudio que hicimos concluyó que en las extremidades superiores y, concretamente, en el segundo dedo de la mano derecha, en el índice. Tiene sentido, ya que es la extremidad que más se utiliza y la mayoría de la gente es diestra, ya que en muchos casos las serpientes atacan cuando vas a mirar en un tronco hueco, cogiendo setas? Eso no quiere decir que no pueda morder en cualquier otra parte del cuerpo.

¿Cómo hicieron el estudio? ¿Se ha hecho alguno más?

- Contactamos con todos los centros de salud y hospitales de Navarra, y después con los pacientes para que nos contasen su experiencia y poder datar el mapa: dónde se daba la mayor incidencia, en qué meses (sobre todo agosto y junio).... Han pasado casi veinte años, pero como la incidencia no es alta, es normal que los recursos se destinen a otros problemas más graves y no se hagan estudios; yo al menos no tengo conocimiento, y creo que me hubiera enterado. A los que somos aficionados a la naturaleza nos mueven estos temas, pero en los hospitales hay un importante desconocimiento.