Los 'guardianes' de 6.000 hectáreas de bosque y setas
Javier Gómez y Amaia Esparza son dos de los encargados de gestionar el Parque Micológico de Ultzama, un paraíso para los 'seteros'
lizaso - "Somos recolectores cazadores y recoger setas está en nuestro instinto, en la conciencia colectiva de ser nómadas. Las setas tienen un reenganche con la naturaleza y mucha gente viene en busca de esa conexión". Así explica el micólogo Javier Gómez la afición que existe por la cultura micológica, un sector que cree que está en auge y del que ha hecho su modo de vida. Junto a Amaia Esparza, Edurne Guerendiáin y Conchi Iraizoz, gestionan el Parque Micológico de Ultzama, un proyecto que nació en 2007 con dos objetivos: solucionar la masificación que se apreciaba de manera histórica en la recogida de setas del valle, y potenciar el desarrollo rural a través de la cultura micológica.
Javier y Amaia son dos de los guardianes de las 6.000 hectáreas del Parque Micológico de Ultzama, además de gestionar las 77 del bosque de robledales y hayedos de Orgi. Él tiene 44 años y consiguió el título de micólogo en Italia, y ella, con 30, es licenciada en Ciencias Ambientales y experta en educación ambiental. Según explican, en este punto didáctico está la clave para que el proyecto funcione: "Una gran parte del presupuesto se destina al servicio de atención al público, a la consultoría micológica, las salidas guiadas o el asesoramiento en campo". "Estos servicios pretenden que se conozcan otras setas que son igual de buenas o incluso mejores que los hongos, pero que son desconocidas", comentan.
La iniciativa de crear un parque micológico comenzó en 2006. La empresa Garrapo ya gestionaba el bosque de Orgi, y realizó un plan de ordenación, un estudio, para conocer si era viable regular los recursos micológicos con los que cuenta el valle. "Ahora somos los adjudicatarios de dos contratos: por un lado el bosque de Orgi y por otro el parque, cuyo territorio pertenece a 12 concejos distintos", explican. Después de siete años de andadura, creen que ha habido una evolución de su actividad, antes centrada en comunicar su proyecto, y ahora enfocada en la oportunidad de trabajar con la red de hostelería y turismo. "Con la página web en 2009 se abrieron las puertas para que viniera gente de todos los sitios. Y gracias a esta proyección estatal el turismo se ha movido y va naciendo el micoturismo", señala Amaia. Como ejemplo, citan la especialización que están llevando a cabo algunos restaurantes de la zona, que han comenzado a ofrecer menús micológicos realizados con distintas especies.
perfiles del 'setero' Amaia y Javier hablan de tres perfiles a la hora de identificar a quienes acuden a recolectar setas al parque de Ultzama. "Existe un perfil familiar o de cuadrilla de amigos, que viene aquí como el que va a Sendaviva, incluso que vienen sin cesta o con zapatos, y que valora mucho los servicios que rodean al parque y la educación ambiental que se les proporciona. Otro es el perfil del turista que viene de lejos, de Madrid o Barcelona, que está en aumento en los últimos años y que genera un importante impacto socioeconómico; y el último es el de persona con mucha afición, de sexo masculino y mediana edad, que viene de más cerca", detallan. En su opinión, gracias al parque "se han limado las asperezas entre vecinos y foráneos, que se mezclan". "El robasetas está muy agradecido a este sistema porque ya no está mal visto", bromean.
El año pasado se expidieron un total de 3.353 permisos (2.520 diarios, 378 anuales para no empadronados, 322 para vecinos y 133 de tipo científico-didáctico). Aunque sí que aparecen algunos "furtivos" que son multados si se les encuentra sin pase, por lo general con la regulación "se ha ahuyentado a los depredadores". "En realidad el problema no ha desaparecido. Se resuelve aquí pero se deriva a otros sitios. Es necesaria la regulación supramunicipal o estatal", afirma Javier. Por ello, entre sus planes de futuro estaría "crear una red de parques en Navarra". "Estamos en un momento de crisis y este es un sector en auge. Se resolvería el problema de la sobreexplotación y crearía empleos", destacan.
278
abonos. Desde el 22 de abril hasta el 23 de mayo se han otorgado 278 abonos anuales para personas no empadronadas en Ultzama. Es una cifra menor a la de la anterior campaña, cuando se expedieron 378 permisos, pero desde el parque esperan que el número aumente tras las solicitudes que se registren en septiembre.
De lunes a viernes. El permiso para acudir al parque de lunes a viernes, excepto fines de semana y festivos, tiene un precio de 50 euros (el mismo que en la campaña anterior).
Festivos. El abono para acudir a Ultzama solo los fines de semana y festivos cuesta 50 euros, e incluye una visita guiada para dos personas (se mantiene el precio del año anterior).
Actividades. Para las personas abonadas, la consultoría mitológica de los fines de semana del 6 de septiembre al 23 de noviembre es gratuita. Asimismo, se ofrecen precios especiales para visitas guiadas, jornadas de formación, curso de gastronomía de setas o distintas catas micológicas.
Fructificación. Según las predicciones que llevan a cabo desde el parque, la situación meteorológica del valle de la Ultzama "provocará con mucha probabilidad una fructificación de setas las próximas semanas". Así, se espera la aparición de Ziza hori, Giberlurdiñes, Amanita rubescens y hongos. Durante la primera quincena de junio se espera también la intensificación de Boletus aestivalis o de Ziza horis, dependiendo de las temperaturas. "No se prevén fructificaciones tan abundantes como las otoñales, pero sí es de destacar que año a año se observa un pico de producción en junio-julio, debido al aumento de las temperaturas provocado por el cambio climático", destacan.