En 1952 - La devota y catolicísima Pamplona se debatía en la angustiosa incertidumbre de saber si la nueva iglesia de San Francisco Javier, levantada en la esquina de la calle Olite con la avenida de Franco (actual Baja Navarra), se terminaría a tiempo. Diseñada por el arquitecto Miguel Gortari, se había iniciado el 24 de junio de 1951, y había de ser terminada para el día 2 de diciembre del año siguiente, víspera de la festividad del santo y cuarto centenario de su muerte. Pero ello exigía una construcción en 525 días, todo un reto.

La foto nos muestra una imagen de la iglesia en plena construcción. Los complicados andamios de madera rodean totalmente el edificio, pero permiten ver bien que la fábrica está ya muy avanzada. Al final, cómo no, el reto de construir una iglesia en menos de dos años se cumplió, y fue inaugurada con la presencia estelar del mismísimo Franco, que vino acompañado de toda su corte, incluida su señora, doña Carmen Polo, alias “la Collares”.

Hoy en día - La iglesia de San Francisco luce como nueva desde la terraza de nuestra amiga Araceli Melero, lugar exacto desde el que, a buen seguro, J.J. Arazuri la había fotografiado 62 años antes. El templo se concibió como obra contemporánea, tanto en su conjunto como en sus diferentes elementos, lo cual muestra de la fuerte personalidad de su autor. Ello no significa que no tenga claras influencias, como la galería de arquillos que recuerda al arte románico, o el gran rosetón de inspiración gótica. Se ha dicho también que su abstracto exterior recuerda a la arquitectura del fascismo mussoliniano, y su alta torre, individualizada por el uso del material, nos trae a la memoria los verticales campaniles del arte italiano.

La semana que viene, desafiando la fatiga y el “mal de altura”, ascenderemos hasta lo alto de la torre, para desde allí obtener una imagen ventajosa de la calle Olite y de buena parte del Segundo Ensanche.