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Burguete se reconoce en la historia de sus ferias

una placa recuerda en la fuente a quienes trabajaron en la traída de aguas, después de cien años del hito que cambió la vida

Burguete se reconoce en la historia de sus ferias

El tercer domingo de septiembre los burguetanos y burguetanas lo llevan dentro. El pasado de ferias ganaderas resurge cada año en Kuatropea, a donde se acercan los ganaderos locales con sus cabezas de ganado recreando, aunque sea a pequeña escala, aquel antiguo ferial de tres días.

La jornada trae además, otra sorpresa de reconocimiento de lo que fue la vida y ya es historia. El año pasado fue la restauración de la vieja báscula, y ayer, la inauguración de la placa en la fuente que rememora el trabajo de cuantos hicieron posible la traída de las aguas a las casas, más el reparto de una nueva edición del periódico La Voz Auriztarra, ambas iniciativas aplaudidas por los vecinos que se acercaron en la especial mañana de domingo.

Ya desde primeras horas los ganaderos locales extendieron más de 50 cabezas de ganado: caballo, yeguas y vacas pirenaicas, en Kuatropea, donde se encontraron un año más. “Nunca se perdió del todo, y aunque desaparecieron como actividad comercial, este domingo de septiembre siempre se ha hecho algo”. Así lo recordaba, José Irigarai, el alcalde que trabaja por mantener vivas las tradiciones y parte de la historia local. “Es una forma de dar vida al pueblo, con algo sencillo, pero nuestro. Los vecinos salen y se animan”, expresaba ciertamente satisfecho.

las ferias... Documentadas desde 1305, a las ferias de Auritz-Burguete llegaban los ganaderos, desde Francia, hasta Valencia, para participar en el comercio. Las ferias de septiembre duraban tres días. Estaban también las de mayo, con derecho concedido desde 1867. En la actualidad, el primer domingo de mayo , aunque no se saca el ganado, es también otra fecha señalada en la que se pone de manifiesto algo cultural: bien la presentación de un libro de fotografías, u otros actos que rondan la mente de Irigarai para futuras convocatorias.

La feria de ganado se completaba ayer con una exposición de antiguos tractores, entre los que destacaba el de Jesús Pedroarena, el alguacil, que perteneció a su familia y él mismo ha restaurado.

De la muestra de tractores, al ganado, iban los allegados de los valles de Arce, Aezkoa y de Valcarlos. “Estamos abiertos a la venta, como antaño, pero lo que aquí nos trae fundamentalmente es hacer de escaparate para mantener la tradición heredada”, expresaba Fermín Irigarai, que junto con sus hijos, Unai (14 años), y Patxi (11), cuidaba su ganado. “Es un día diferente, agradable en el que nos relacionamos con la gente de la zona. Además lo hacemos con orgullo”, aseveraba.

El municipio se sostiene sobre la ganadería y el turismo, sector servicios. La vida sacrificada del ganadero pasa por malos tiempos, como todo, con la diferencia de la gran inversión acometida, puntualizan. “Mantenemos el medio rural vivo, y cuidamos del medio ambiente”, recuerda Irigarai. Él lo heredó, y pasará su patrimonio a sus hijos, que se saben diferentes por tener la oportunidad de vivir de cerca la ganadería.

Unai y Patxi ayudan a su padre, conocen el ganado, marcado por un lado con la B, de Burguete y por otro con las iniciales de su progenitor. “Limpiar las vacas es lo más duro, llevarles el pan por el monte en el verano, es bonito”. Saben que tienen un valor añadido, y de momento, disfrutan de ello.

Del vecino Valle de Arce, se acercaron los Mina, Joaquín y su hijo, Jokin, “un chaval con afición pura y dura”. Los ganaderos hablaban ayer de su trabajo en Kuatropea. Reconocían que es vocacional, y se lamentaban, en cierto modo, de su vida dura. “Los que se fueron viven mejor”, pero mantenían que la labor les gusta, a pesar del sacrificio y las inversiones.

...y el agua De la feria al agua. Los ganaderos no quisieron perderse la inauguración de la placa en la fuente que recuerda el centenario del abastecimiento. Volvieron con un ejemplar de La Voz Auriztarra, que recupera la historia, del que el Ayuntamiento ha editado 250 ejemplares. El alcalde, Joxepe Irigarai tenía pendiente esta conmemoración, del hito que en realidad cumplió cien años en diciembre del 2013. Y recordó a sus vecinos la fortuna de tener el agua en abundancia, y cercana, gracias al trabajo de los que se fueron. También que el Ayuntamiento auriztarra siempre ha estado comprometido con su destino, posicionándose en el tiempo con respecto a los embalses. Les recalcó la importancia de la gestión racional a los jóvenes y octogenarias que le rodearon, como Teresa y Asuntxi Oiarbide, que aprueban y aplauden la gestión de su alcalde.