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Hierro a fuego vivo para el ganado del Valle de Erro

300 CABEZAS DE VACUNO Y 200 DE CABALLAR TUVIERON ENTRADA EN EL COMUNAL DE | Sorogáin

Hierro a fuego vivo para el ganado del Valle de ErroPATXI GONZÁLEZ

sorogáin - Más de 300 cabezas de ganado vacuno y otras 200 de caballar tuvieron la oportunidad de entrar en los pastos comunales de Sorogáin para disfrutar de sus verdes praderas a lo largo de todo el verano. A este rebaño se suman las más de 1.500 cabezas de ganado ovino que han tenido entrada en el comunal del Valle de Erro, a media hierba o a hierba entera (o lo que es lo mismo durante todo el verano o media temporada), pero que no serán marcadas a fuego rusiente. El cupo se completa con las más de 200 cabezas de ganado vacuno que entrarán este mismo mes procedentes del fronterizo Urepel y con origen en poblaciones de Baigorri. La mayoría del ganado procede del valle de Erro, asegura el veterinario del Gobierno foral Eduardo Sara.

“No es fácil, hay que trabajar muy duro para conseguir entrar en el mercado. El vacuno es más fácil, cuesta más el caballar porque el 80% de las vías de comercialización son a través de intermediarios”, exponía un ganadero.

“Las ayudas que llegan de la Comunidad Europea son muy importantes pero cada vez es más necesario profesionalizar el sector porque los recortes en el nuevo programa de la PAC 2015-2020 pueden llegar el 15%”, remarcan algunos pastores. “La ventaja es que este año se esperan ayudas para las especies que están en peligro de extinción, como es el caso de las yeguas de la raza Burguete”, abundan. Caballos y yeguas, que deben cumplir unas características para entrar dentro de la denominación de origen. “Es un ganado dócil para trabajar (raza Burguete). Antes se llevaba mucho a Valencia o Santander para trabajar en el campo. En Valencia se utilizaban para sembrar el arroz, y en Santander como animal de tiro para “traer hierba para las vacas”. Ahora casi todo se utiliza como ganado de carne”, expone Pancho Oroz, de Villanueva de Arce. En los pueblos pirineaicos también se utilizaban para labrar los campos y dirigir a los bueyes. “Hasta hace veinte años estos animales trabajaban en el campo para labranza y para sacar madera”, un trabajo que fue reemplazado por los tractores. La raza Burguete tiene que cumplir unas características en envergadura y color (castaño o alazán), y tanto ganaderos como técnicos reconocen que es una raza resistente que durante el invierno, además de los pastos naturales, se nutren de bolas de hierba para alimentarse. Pancho lleva más de 50 años trabajando con el ganado y tiene mil anécdotas que contar. Hace pocos días que le parió una vaca y el ternero cayó por un terraplén. “La vaca estaba bramando desde arriba, y cuando escuchó a la criatura cuando bajamos a por ella -que embestía con apenas dos días de vida- se tiró por la cuesta y hubo que limpiar la zona de vegetación para subir a madre e hija. Es bestial el instinto que tienen los animales...”, explica Pancho. Los ganaderos coinciden en que la reforma de la PAC va a perjudicar a los ganadero exceptuando aquellos que compensen este recorte con las ayudas que se reanudan para proteger a especies protegidas. “Antes se pagaba un tanto por cabeza y ahora se asignarán las ayudas en función de las hectáreas que se utilicen, y algo por cabeza”, subrayan. A su vez, destacan que desaparecen hectáreas que antes se admitían en superficie de arbolado lo que perjudica a zonas de montaña.

Desde Espinal, Antonio Hualde, que ayer dio entrada a 70 yeguas, 30 de ellas paridas, habló del “esfuerzo” que supone la cría de caballar para un mercado más acostumbrado, reconocen, a la carne de vacuno. Sin engordar, los potros de 200-230 kilos se venden al mercado de Italia -fundamentalmente- a unos 350 euros. En vacuno, el precio en bruto a los mayoristas (son pocos los que tienen la oportunidad de vender directamente a carnicerías) ronda lo 4,20 euros el kilo en canal. Roberto Huarte, de Zilbeti, reapareció ayer en Sorogáin tras el accidente sufrido por la embestida de uno de sus caballos. A sus 26 años, sobrevive con la cría de yeguas, ovejas y la casa rural que quiere montar en su pueblo. “La carne de caballar tiene mucha proteína y menos grasa pero falta una cultura de consumo. Es una pena. Yo tengo suerte de vender por mi cuenta a carnicerías y conocidos pero cuesta entrar en el mercado, aquí la gente está acostumbrada a comprar sólo vacuno”, abundó el joven ganadero.