A sus 86 años, José Torrecilla, nacido en Oteiza y residente en Estella-Lizarra desde niño, está lejos de quedarse parado: después de ser escogido para lanzar el cohete de estas fiestas, presenta su nueva obra, Estella, la música y sus protagonistas, con la que pretende dar a conocer “todo sobre la música estellesa”.
Es ya el 53º año que Torrecilla dedica a la escritura. Comenzó en 1962 y de sus manos han salido escritos para diversos medios de comunicación, tanto a nivel local como nacional. “Escribía con seudónimos, como muchos entonces: José de Astería, por ejemplo, o Iturmendi. Era como la parafernalia religiosa del padre, el hijo y el espíritu santo, que eran tres personas distintas pero un solo Dios verdadero”.
Una de sus mayores aportaciones a Estella y merindad han sido sus libros, en los que ha ahondado en todos los ámbitos de la vida a orillas del Ega: el fútbol, la pelota, las cuadrillas, las canciones, las costumbres, los personajes populares y los toros, entre otros.
Esta vez, con Estella, la música y sus protagonistas, Torrecilla acerca al lector a una parte de la ciudad que baila al ritmo de corales, coros, músicos, txistularis, orquestas, fanfarrias y rondallas. Y no habla solo de aquellos que animaron las calles estellesas; también se va fuera de la geografía navarra. “El libro muestra que Estella ha tenido siempre música de categoría”, afirma. “Hemos tenido músicos que han tocado en todo el mundo”. El autor pone ejemplos como Pepita Sanz, la Gayarre femenina, “que cantó a principios del siglo XX en coliseos europeos y americanos y que cuando volvía a Navarra lo hacía en San Fermínes, en temporada de los grandes artistas internacionales”.
Torrecilla hace también mención de personalidades como el trompetista Javier Montero, que fue elegido entre más de 3.000 músicos para tocar en la boda del Sha de Persia; y los hermanos Pérez de Lazarraga, Los Zapatericos, que amenizaron con sus gaitas el recibimiento del máximo mandatario ruso Nikita Jruschov, en París. La lista de Torrecilla se alarga: “No se puede citar a uno sin nombrar a los demás”, dice.
El resultado final es un tomo que estará disponible en las librerías de Estella; una obra que ha llevado años de trabajo a su autor: “Escribía a ratos, sin marcarme un día límite”, afirma. “El proceso ha sido relativamente fácil, por todo el material escrito por mi que tenía guardado, pero también por estar toda la vida metido en corales. He podido contactar a gente que me ha facilitado los datos; una de las ventajas de tener tantos años”.