tudela - Arrancaron, nunca mejor dicho, hace 16 años con la peregrina idea de que Ribaforada iba a convertirse en el runrun motero de agosto, a nivel nacional e internacional. Eran un grupo de amigos que funcionaban como Motoclub Caballos de Fuego y, casi dos décadas después, siguen siendo eso: un club, moteros y amigos, sobre todo amigos. Ayer, sudando la gota gorda para montar barras, cañeros, zona de camping, tenderetes, espectáculos y todo lo que conlleva la Pellejo 2015, hicieron una parada técnica para hacerse una foto de familia en la que, finalmente, no salieron todos los que son, pero sí todos los que estaban, incluido el vicepresidente, Juan Cruz Ardaiz, El Pata, que entre carcajadas de los colegas llegó justo para el click de la cámara. “Poned cara de malotes”, les pidió Valentín Calvillo, King, sentado a lomos de la barra en la que se servirán miles de litros de cerveza durante todo el fin de semana para los 500 comensales de la cena de hoy en el polideportivo y para los más de 1.500 visitantes que se espera que lleguen a Ribaforada, repartiendo beneficios entre la hostelería de la Ribera y convirtiendo a la localidad en el foco del buen rollo sobre dos ruedas. La cita no está cerrada, ni mucho menos, a los que se desplazan a pie o en coche porque la fiesta está planeada para todos y así lo certifica la cantidad de público que se une al espectáculo de miles de motos aparcadas en los alrededores del campo de fútbol, donde se establece el área de acampada. “La clave de todo esto es la buena organización y la ayuda y el apoyo que recibimos de la gente del pueblo”, comentaba Javier Pérez, el presidente de Caballos de Fuego, agradeciendo la respuesta de una población que, cuando se gestó esta aventura, no dudó en asumir el papel de anfitriona para dar la bienvenida a los apasionados de la moto y todo lo que conlleva esa afición.

nombre de guerra Hoy, a partir de las 12.00, se abrirá el periodo de inscripciones para la cena de la noche. “El aforo es de 500 personas, pero ha habido años que hemos llegado a dar de cenar a casi 900”, recordó Pérez, haciendo hincapié en el hecho de que desde hoy hasta mañana a las 16.00, no habrá un hueco sin actividades. Pasacalles, concurso de toro mecánico, juegos moteros, concursos, actuaciones en vivo, discomóvil, zenzenzusko de madrugada, ruta con parrillada en Castejón, entrega de trofeos a los personajes más variopintos de la concentración... Ayer, desde primeras horas de la tarde, la imagen de grupos de motos circulando por las carreteras de la comarca constataban que el plan sigue siendo atractivo para miles de personas, muchas de ellas llegadas de Italia, Francia o Gran Bretaña, y todas parte ya de la familia de los Caballos de Fuego. Entre ellos, así lo pedían ayer los socios, no se puede obviar a Carlos Arana, un bilbaíno que es socio honorífico del motoclub desde hace 16 años y que, de alguna manera, representa el espíritu de fraternidad de este encuentro. “Yo formé parte de la Federación Nacional de Motociclismo y de la internacional. Conocí a esta gente hace 16 años y aquí sigo”, relató. Otros, se han incorporado más recientemente a este grupo de locos sobre ruedas. Es el caso de Cristian Cantero, de 34 años, el último socio de la treintena que actualmente integran el club ribaforadero y entre los que se encuentran otros más veteranos como Juan Carlos Huguet, Pedro Cuenca, José Mari Gómez Raboso o Victor Morer Forastero. Todos ellos llevan inscrito su nombre de guerra en el chaleco de cuero que les identifica como parte del grupo que, casi todos los fines de semana, se evade abriendo gas.

Y, para identificativo, el nombre de la concentración: La Pellejo, un término que hace referencia al recipiente elaborado con piel curtida para conservar o guardar el vino, lo que viene a ser un odre y, coloquialmente, una bota.

en cueros Gorras, camisetas, chupas de piel o de cordura, cadenas, colgantes... Se sea o no aficionado a la moto, la Pellejo vuelve a ofrecer la oportunidad de hacerse con ropa o complementos relacionados con un mundo en el que la estética cuenta y distingue. Otra cosa es que, vistas las previsiones del tiempo (que anuncian bochorno por encima de los 30 grados) lo que más apetezca sea desenfundarse los cueros y darse un chapuzón, algo que también es posible para los inscritos, que tendrán derecho a utilizar las instalaciones deportivas de Ribaforada. Solventado el calor, solo queda, como invitaban ayer los Caballos, “venirse y vivirlo para poder contarlo”.