aún hay quien se echa las manos a la cabeza pensando en qué será del país si nos gobierna Pepe, Juan o Julián. Hay quien, de verdad, cree que será una debacle si las “hordas separatistas” o “bolivarianas” (en otro tiempo dirían masónicas y comunistas) se sientan en Moncloa o si los antisistema llegan alguna vez al poder. ¿Hay alguien más antisistema que aquellos que han tirado la Democracia por el retrete por llevarse millones del dinero de todos y que han usado el sistema en su beneficio? ¿Acaso no existen más antisistemas entre quienes defendieron el sistema que entre los que usan el sistema para tratar de recomponerlo? ¿Puede existir alguien que dinamite más la forma que tenemos de funcionar en política que aquél que dice que “Hacienda somos todos” es sólo un lema publicitario? Se han hecho las cosas tan mal, tan rematadamente mal, que de aquellos polvos estamos heredando un montón de lodos. Muchos años tendrán que pasar para quitarnos de la mente el robo sistemático de las arcas públicas que, por lo visto, se producido en muchas partes del Estado. Se han hecho obras que eran completamente innecesarias por el mero hecho de mover el dinero o por que las comisiones pasaran de una mano a otra. Estamos viviendo los resultados de una gran comilona y, como suele suceder, después de un gran empacho uno se pasa uno o dos días en el baño soltando lastre por arriba y por abajo. Eso está pasando ahora, nos estamos depurando y está todo en crisis porque mucha de la gente que defendía el sistema anterior nos engañó. Estos pensamientos bizantinos me vienen a la cabeza cada vez que paso por la carretera de Corella para salir a la A-68. Ese infinito paseo peatonal con carril bici que acaba en ninguna parte y que tiene una farola cada 15 metros me mina la moral. Más que nada porque todas están apagadas por el enorme gasto que supone y las basta con las que alumbran la carretera para iluminar todo. Aquel proyecto se hizo gracias al Plan E de Zapatero, creado para dar empleo y tratar de lidiar el inicio de la crisis. ¿Cuánto se podría haber ahorrado el país con esas farolas? ¿y si multiplicamos ese caso por los miles de proyectos absurdos que se hicieron? Hablando de absurdos, ¿alguien recuerda lo que gastamos en el proyecto de Ecocity con campo de golf? Pues eso. Hay gente que dinamitó el sistema.
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