Estella-Lizarra busca bajo su piel
un proyecto investiga sobre el pasado y el presente de la industria curtidora, una maestría desconocida pero muy importante en la ciudad
Conocer el pasado y el presente curtidor de Estella-Lizarra, saber cómo esta maestría ha estado ligada desde el medievo a la ciudad, a su historia y su desarrollo; ponerlo en valor y que los estelleses reconozcan el curtido como algo propio, inherente a su identidad y fuente de orgullo. Eso es lo que se propone Proyecto Piel, una iniciativa que involucra a todo aquel que quiera sumarse y que busca todos los aspectos de la ciudad en los que la piel ha tenido algo que ver y que, a decir de quienes están en ello, “son muchísimos”.
Bajo el título de Socialización del Paisaje Industrial Curtidor de Estella-Lizarranace el objetivo de dar a conocer ese paisaje curtidor. Su impulsora, la arquitecta e investigadora, Uxua Domblás, explica que son muchos los ámbitos de la vida diaria de los estelleses que están ligados a este pasado y al presente curtidor. El problema: “es que no lo sabemos”.
ayer y hoy Un primer vistazo por ejemplo lleva a reconocer la existencia de calles con nombres relacionados con este oficio como la de Los Pelaires o, más directamente, la de Curtidores. La morfología urbana también ha estado relacionada con él y es que no hace tanto tiempo enfrente del Santo Sepulcro estaba la fábrica de Curtidos de Ruiz de Alda. Hoy ha dejado su espacio a una amplio jardín verde y existe el barrio con las casas de quienes trabajaban allí.
A lo largo de su historia, la ciudad ha acogido numerosas tenerías, curtidurías, zapaterías, imprentas y otros derivados de esta industria que siempre han formado una importante realidad socioeconómica. “Cuando la gente nos viene a contar lo que conocen sobre este tema es cuando el proyecto se enriquece. Por ejemplo, nos hemos enterado de que las tapas de los libros de las enciclopedias de Aranzadi, que están en todos los despachos de abogados, se hicieron en imprentas de Estella; Tenerías Omega fabricó la piel de las sillas de la Agencia Europea Espacial y de Curtidos Castejón salen las pieles de oveja que se usan en los carnavales”, indica Uxua Domblás.
Ella, descendiente de una familia de guarnicioneros, señala que conocer todos estos datos va a permitir que los estelleses se sientan identificados con este oficio. “Es un valor que tenemos aquí y ahora. En Estella había un pasado curtidor desde sus comienzos hace más de diez siglos y hoy en día sigue existiendo. Sin embargo no somos conscientes de ello. Poco a poco lo queremos descubrir tirando del hilo”, indica.
Capítulo aparte merece la Casa de la Moneda, que fue el punto determinante que impulsó a Uxua Domblás a lanzar el proyecto. Esto se remonta a cuando hace un año aparecieron los primeros restos de una antigua tenería en este edificio adquirido por la empresa Navark para construir un albergue de peregrinos.
ejemplo práctico En ese momento, Domblás se encontraba ultimando su tesis doctoral en la cátedra Unesco de la UPV/EHU sobre la Socialización de Paisajes Urbanos. “Vimos que este proyecto podría ser un caso práctico de las investigaciones que había hecho. Este edificio está ubicado en el barrio de Curtidores y las primeras excavaciones realizadas descubrieron la presencia de una antigua tenería del siglo XVIII”.
El arquitecto que está dirigiendo la obra en ese edificio, Ander de la Fuente, explica que lo encontrado no es algo exclusivo de esa vivienda. “Seguramente en las casas de todo este margen del río habrá otros muchos restos de este tipo de industrias. De hecho, en esta casa ha aparecido un horno de cerámica, una industria anterior a la curtidora. Empezar a conocer todo esto es una forma de socializar la historia y que el barrio se sienta orgulloso de lo que tiene”.
Precisamente el proyecto de rehabilitación de ese edificio pretende mantener a la vista los elementos que han aparecido. “En esta casa, se puede ver cómo era el proceso del curtido al completo. Al lado de este edificio, en lo que hoy es la central, estaba el matadero. De ahí pasaban las pieles que se lavaban en el río. Están también las huellas de los toneles de madera y las cubas donde se mezclaba la piel con cal viva, se ve también el espacio destinado al secadero... Es decir, el proceso que se hacía aquí es exactamente igual al que aparece dibujado en los grabados del siglo XVIII”.
acciones Por el momento, en el marco del Proyecto Piel ya se han dado varios pasos. Uno de ellos, fue un taller que reunió a una veintena de personas que trabajan intensamente. Como coordinadores están Uxua Domblás y la empresa Navark pero hay toda una serie de colaboradores que trabajan en diferentes ámbitos como organización de charlas, de unidades didácticas para los colegios, desarrollar entrevistas, hacer fotografías, aspectos arqueológicos e históricos y un largo etcétera para afrontar este proyecto desde muchos ámbitos, donde no falta el Ayuntamiento. “Aún nos queda contactar con muchas personas”, señala.
Gracias a este proyecto también se está trabajando en crear una ruta, la de los zumaques que son unos árboles importados para teñir. La ruta tendrá unos 15 o 16 kilómetros y bordeará todo Estella poniendo en valor las panorámicas pero también otros elementos como unas cabañas que hay, las calaveras, la cruz de Peñaguda, la de los Castillos... “Es decir, con el zumaque como pretexto desarrollaremos una ruta”.
Domblás explica que los ejemplos dados son solo una parte de todo lo que se puede realizar con la industria curtidora como excusa. “Esto puede traer turismo, economía, comercio y sobre todo un sentimiento identitario”, concluye.