estella-lizarra - El Gobierno de Navarra va a revisar la situación en la que se encuentran las zonas de Viana e Igúzquiza en las que se vertió el contaminante lindano a finales de los años 70 proveniente, según varias fuentes, de la fábrica Inquinosa, ubicada en Sabiñánigo (Huesca). De esta forma, el departamento de Medio Ambiente va a iniciar contactos con los ayuntamientos para que los técnicos puedan evaluar la situación y llevar a cabo las acciones que se consideren oportunas en el caso de que sean necesarias.

El lindano o hexaclorociclohexano (HCH) es un compuesto que se utilizó como insecticida en la agricultura y como tratamiento contra los parásitos para la ganadería. Su producción y comercialización en la Unión Europea está prohibida desde hace años debido a que es un producto tóxico. Según Ecologistas en Acción, que lleva años luchando en contra de la contaminación por lindano, este compuesto “produce daños al sistema inmunológico y reproductivo, tiene efectos adversos sobre el desarrollo de las personas y es un alterador hormonal”. Además, la Organización Mundial de la Salud alertó hace un año de que la exposición a pesticidas a base de lindano se ha asociado al desarrollo de diversos tipos de cáncer.

En todo caso, desde el departamento del Ejecutivo foral insisten en que actualmente “no hay ningún indicio de una problemática sanitaria o medioambiental que requiera una actuación urgente” en ninguna de las dos localidades. Se trata de una revisión para valorar la situación actual. De hecho, tanto en Viana como en Igúzquiza ya se actuó hace años. En Viana, los técnicos del Gobierno de Navarra emitieron un informe en abril de 1991 en el que, entre otras cosas y tras varios análisis, concluía que no era necesaria la adopción de ninguna medida especial; mientras que en Igúzquiza, tras requerirlo el Concejo, la empresa procedió a su retirada meses después del vertido.

¿cómo acabó aquí? Por qué llegó el lindano desde Sabiñánigo hasta Viana, y por extensión a Igúzquiza, es a día de hoy un misterio. A finales de 1990 los extrabajadores de esa fábrica revelaron que se habían realizado vertidos en Viana y unos días más tarde, en enero de 1991, el Ayuntamiento de Viana se puso en contacto con el Gobierno de Navarra para comunicar a Medio Ambiente “la posible existencia de una acumulación de un residuos orgánico, HCH, en una antigua gravera ubicada en el término municipal”. De igual manera, el Consistorio pedía un informe sobre estos residuos.

Así, el Gobierno de Navarra llevó a cabo varios estudios y sondeos, de tal manera que se determinó que “el acuífero de la zona de estudio no está conectado con el de las llanuras de inundación estando separados ambos por arcillas”. Este informe también permitió saber que el vertido ocupaba 1.200 metros cuadrados y que tenía un volumen de 3.180 metros cúbicos. En base a todos los análisis se concluyó que “el riesgo de contaminación de los acuíferos era muy escaso”. A su vez también se analizó la composición de esos restos y se determinó que no eran tóxicos.

conclusiones El Ejecutivo consideró que no era necesaria ninguna medida especial, aunque propuso al Ayuntamiento que cubriese la zona con una capa de arcilla que impidiera el paso del agua hacia el residuo. También sugería que a futuro esa zona no fuera de regadío, para evitar que el agua percolase y recomendaba que si se iba a poner la zona en cultivo, fuera alguno de secano “siempre y cuando esta posibilidad fuera amparada por el correspondiente estudio agronómico”.

En el caso de Igúzquiza, según parece, fueron algunos de los camiones que se dirigían a verter el lindano en Viana los que descargaron en Igúzquiza, concretamente en una parcela del Concejo que estaba alquilada en ese momento. Entonces, en 1978 el Concejo alzó la voz y tras ponerlo en conocimiento de la Guardia Civil, de la Policía Foral y de la Diputación, la propia empresa retiró los vertidos.