Síguenos en redes sociales:

Ardanbera se reinventa

La fanfarre de Uharte, con 30 años de historia, presenta el domingo un espectáculo con Oberena y el colectivo TxirdilLa obra hace una lectura actual sobre la emigración, las tradiciones y la igualdad

Ardanbera se reinventaJAVIER BERGASA

HUARTE. No es la primera vez que la lían con un espectáculo artístico. La fanfarre Ardanbera de Huarte ha elegido como socios para el espectáculo de este domingo (12 horas, Centro de Arte Contemporáneo) al grupo de danzas Oberena de Pamplona y al de voces graves Txirdil. Agua que nos une y nos separa hasta nuestras entrañables montañas da nombre a la actuación de canto y baile que pretende reivindicar del folklore de Euskal Herria, su proyección fuera de nuestras fronteras y los elementos que inspiran las diferentes expresiones culturales como son los montes, ríos y mares, hitos que han unido pero también han separado al ser humano a lo largo de la historia. En este espectáculo también se ha querido hacer un guiño al papel de la mujer en su lucha por tener voz propia a lo largo de su historia. Jokin Azparren, la cara más visible de una fanfarre que lleva treinta años de trayectoria, es el principal investigador de esta nueva obra. Es él quien ha querido hacer una lectura más actual de nuestras tradiciones y reabrir debates como nuestro posicionamiento ético ante la inmigración, los refugiados, los conflictos bélicos o la igualdad. Una primera parte del espectáculo versará sobre el agua, un bien abundante para nuestra sociedad pero que empieza a ser un problema en muchas partes del mundo, admite Jokin, “hasta el punto de que hay quien opina que la próxima guerra mundial será por el control del agua”. El agua del mar simbolizó, por otro lado, “la autopista hacia el futuro” para todos aquellos inmigrantes que dejaron nuestras tierras en busca de oportunidades en el Nuevo Mundo. “Nuestra sociedad, en un tiempo no muy lejano, era una sociedad de emigrantes. Muchos de nosotros tenemos parientes que tuvieron que cruzar el charco para ganarse el sustento. En general, fueron muy bien recibidos en aquellas lejanas tierras. Unos se quedaron porque hicieron fortuna y crearon negocios, otros volvieron con abundante riqueza, los hubo que regresaron con algún ahorro para asegurarse mínimamente el futuro, y algunos simplemente volvieron...”. En la actualidad, aquel mar que sirvió de camino a la esperanza es un espacio que nos separa del otro, un “enorme cementerio de cadáveres” de personas que emigran de sus países (Siria, África...) y que no encuentran acogida en Europa. El grupo viajará también a Cuba, un destino de la emigración interpretando la Agua que nos une y nos separa hasta nuestras entrañables montañasHabanera

El agua también está presente en el río Onin, que dividió al barrio de Lesaka hasta que en el siglo XI se unieron ante la necesidad de apagar un violento incendio, lo que se sigue celebrando con una danza conmemorativa Zubigainekoa que bailan sobre los pretiles del río. También se cantará Ibaia Ura Bezala, una antigua canción donde se expresa la negación a vivir en una sociedad donde el hombre “es un lobo para el hombre”. Se bailarán a su vez las bateleras, en el que las mujeres danzan imitando a los remeros, un oficio que hasta no hace mucho era exclusivo de los hombres.

En el tránsito del mar a la montaña se desplazarán a L’emporda, interpretando en catalán una “bella sardana con letra de Joan Maragall” que narra la historia de amor entre un pastor de la montaña que cantaba al sol por las mañanas y una sirena que cantaba a la mar en las noches de luna llena. Ya, en pleno Pirineo, cantarán Se canto, una antigua canción occitana, del siglo XIV. Dicen que fue compuesta por Gastón Fébus, conde de Foix y vizconde de Bearn, que se casó con Inés de Navarra, hija de Carlos I de Navarra, que abandonó al conde por mujeriego y él de pena le dedicó una canción. Se interpretará en altoaragonés, un dialecto del occitano. Para una tradición muy propia de la montaña como es la devoción a San Miguel se ejecutará el baile San Miguel de Arretxinaga. México y los Altos de Jalisco también estarán presentes como homenaje a las mujeres. Esta región de Jalisco estuvo habitada por los Chichimecas, un pueblo guerrero que nunca se lo puso fácil a los invasores, quienes abusaron de sus mujeres. La belleza de las descendientes de aquellas mujeres fue ensalzada por Jorge Negrete.

Desde la montaña navarra se ha elegido Jaurrieta para bailar una neska dantza y se cantará una canción dedicada al monte Ori y a un pájaro que habita en él, el oriko txoria. Esta canción hace un “llamamiento a que los nacidos en nuestra tierra y que se han marchado vuelvan a vivir en Euskal Herria”. Para finalizar se bailará Otsagi, un tradicional baile que se dedica a la Virgen Muskilda.