Empleadas de Amma Ibañeta reclaman un convenio digno
Con el convenio estatal, trabajan 93 horas más al año, pero cobran 84 euros menos al mesEn esta situación precaria, es difícil cubrir los puestos de empleo
erro - Ante la imposibilidad de negociar un convenio de empresa que mejore sus condiciones de trabajo y sus salarios, trabajadoras del centro geriátrico Amma Ibañeta, de Erro, han decidido dar a conocer su situación de precariedad. “Exigimos una mejora en el convenio. No podemos trabajar en estas nefastas condiciones y con un sueldo tan bajo”, declara Sonia Rey, una de las afectadas.
Desde que en 2013 un acuerdo de prórroga del convenio colectivo de la empresa Amma Navarra (que aglutina 5 centros), suscrito por UGT y SATSE, les aplicara el convenio estatal a las residencias Betelu e Ibañeta (las otras tres mantuvieron un convenio propio), las diferencias han sido notables. De una jornada anual de 1.699 horas pasaron a 1.792 horas, 93 horas más en total de trabajo al año. “Son casi 100 horas más al año y nuestro trabajo requiere tanta carga física y psíquica que hace falta muchísimo descanso”, añade Rey. A su vez, el convenio contemplaba una notoria bajada de salario base, pasando de 1.043 a 959 euros, además de un cambio en las bajas laborales, ya que los tres primeros días no se cobra nada y a partir del cuarto, un 60 %.
Una vez cumplido el plazo del convenio en 2015, les ofrecieron un acuerdo parecido al estatal. “Decidimos no firmar, lo mandamos a juicio, recurrimos al Supremo y no lo admitieron a trámite. Pero teníamos claro que preferíamos denunciarlo antes que aceptar esas condiciones que ofrecían lo mismo pero camuflado”, expresa Begoña Gastearena, otra de las trabajadoras. En noviembre de 2016, con la compra del grupo de residencias Amma por parte de la compañía francesa Maisons de Famille, también vieron una oportunidad de cambio, pero ante su pasividad, sólo les queda seguir luchando.
DESMOTIVACIÓN Las trabajadoras de Amma Ibañeta reconocen que su trabajo es vocacional, aunque cada vez les cuesta más atender correctamente. “Nos vamos desmotivando poco a poco. Cuando empezamos a trabajar esto era una residencia de personas mayores, ahora tenemos dependientes con problemas de demencia que requieren una asistencia técnica mucho más especializada”, apostillan ambas trabajadoras. Sin embargo, cada vez se hace más difícil encontrar gente cualificada para los puestos que se ofertan. “Los ratios de personal están muy ajustados y hay mucha rotación. En esta situación precaria no quiere venir nadie y los que vienen, no lo hacen por vocación, por lo que somos conscientes de que la atención que estamos dando no es la óptima”, asegura Gastearena.
Además de las condiciones laborales, también hay que añadir la distancia con Pamplona, ya que el centro se sitúa en el pequeño pueblo de Erro, a 30 kilómetros de Pamplona. “El trato es muy familiar. Trabajar en una residencia pequeña implica cercanía, responsabilidad y mucho compromiso por nuestra parte”, añade. Sin embargo, no sienten que su trabajo sea valorado, ni por la empresa ni por los vecinos de los valles. “Es tan obvio? Nos quieren hacer ver que somos deficitarios, pero estamos dando un servicio de zona con una plantilla muy ajustada. En las residencias grandes cada uno tiene su trabajo, aquí estamos obligados a sustituirnos”, asevera Rey. De hecho, hay puestos como los de enfermería o administración que, al contrario que en otras residencias más grandes, no cubren las 24 horas del día, e incluso a veces los residentes válidos les echan una mano. “Cada puesto exige muchísima responsabilidad. Y eso es algo que la empresa y sus accionistas deberían tener en cuenta”, asevera Rey.
Ante la situación de desamparo y desmotivación, ven necesario incidir en sus reivindicaciones. Por lo pronto, en los próximos meses tienen prevista una reunión con los representantes de los ayuntamientos.
A 30 KILÓMETROS DE PAMPLONa
Residencia. Desde 2011, Amma Ibañeta ofrece sus servicios en Erro, localidad situada a 30 kilómetros de Pamplona. Tiene capacidad para 50 plazas, de las cuales 25 son concertadas con el Gobierno de Navarra. Actualmente, atiende a 40 usuarios dependientes y 3 válidos. La plantilla está formada por 30 trabajadores a jornada completa o parcial: gerocultoras (16), enfermeras (2), limpieza (3), recepción (1), cocineros (3), mantenimiento (1), fisioterapeuta (1), terapeuta ocupacional (1), dirección (1) y trabajadora social (1).
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