Judas no pudo escapar del fuego
localidades como estella-lizarra, los arcos o allo cerraron la programación de la semana santa con la tradicional quema del traidor
cumpliendo con una de las tradiciones de la Semana Santa, varias localidades de la Merindad, como la propia Estella-Lizarra, Los Arcos o Allo revivieron ayer por la tarde la popular Quema del Judas, personaje representado por un muñeco que acaba arrasado por las llamas por su traición y cuyo espectáculo atrae siempre a decenas de personas.
En el caso de Estella el acto se recuperó no hace mucho, apenas en 2009 después de más de medio siglo de ausencia. “Se hacía siempre en el barrio de San Pedro, pero se dejó de organizar en 1957. Y después de 52 años y de darle bastantes vueltas a la idea, al final conseguimos recuperarlo y ya este es el noveno año que lo hacemos”, comentaba ayer Andrés Elía, uno de los cerca de 40 estelleses que participa en este evento totalmente popular desde que se recuperó.
Para coger fuerzas y ambientarse, antes de pasear al muñeco por las calles se reunieron todos a comer en la terraza del Bar Roncesvalles, vestidos especialmente para la ocasión. Y, desde allí, fueron recorriendo las calles del centro y del barrio monumental, sin horario fijo, antes de regresar a la plaza de Santiago donde Judas volvió a arder como cada año.
En el trayecto, amenizado por los Gaiteros de Estella y entre cohete y cohete, se hicieron numerosas paradas para leer el bando que declaraba culpable a Judas y que cada año redacta con gracia Domingo Llauró. “Antes será alrodiado y chacaritado, es decir, paseado por toda Estella para recibir zacarrazos, improperios y escarnios, tanto de la plebe como de la alcurnia o alta sociedad, que está cada vez más baja”, rezaba el bando en su parte final, que fue leído en cada ocasión por uno de los asistentes entre risas, mofas y gritos al traidor.
En los primeros años de su recuperación echaron mano de un caballo, después de un burro y en los últimos dos años es ya un equino de pega, unido a una plataforma de la que van tirando, que porta al traidor. Un muñeco de paja que confeccionan entre Margari Basarte, Servi Toledano, Inés Azpilicueta y Milagros Arbizu. “El primer año nos costó más hacerlo, pero ya le hemos cogido el truquillo. Hacemos todo menos la cabeza, aunque sí la pintamos, y vamos tirando de ropa de casa que se va quedando vieja. Menos las alpargatas, que nos las regala todos los años el comercio El Madrileño”, explicó Azpilicueta.
Ella misma participaba en el desfile, disfrutando de una tarde soleada y un gran ambiente. “La pena es que esto tiene fecha de caducidad. Salimos los mismos desde que se recuperó hace unos años y estaría bien que se animase gente joven también”, dijo.
más tradiciones También en Los Arcos se celebró la Quema del Judas de la mano de la Asociación familiar Atalaya, que asumió el testigo hace 27 años. Un grupo de “entre 10 ó 12 personas” se encargó días atrás de elaborar el muñeco, que ardió en poquísimos minutos. “Le metemos sarmientos, paja, petardos...”, explicaban Maite García, Marisol Sanz de Galdeano y Marta Belaza. Antes de la quema, los niños y niñas pasearon a Judas montado en una silla haciendo un pequeño recorrido por el municipio y tras la quema, la asociación lanzó caramelos a los presentes en el parque de la Atalaya.
Allo es otra de las localidades de la zona donde esta tradición tiene arraigo, organizada por el Ayuntamiento y ayer con la participación de la txaranga Los Virtuosos y con merienda.
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