El Bullicio se lleva el duelo de traineras
compitió con irrintzi en aguas de hondarribia en una bonita y curiosa regata que hermanó a estas peñas de la calle del carmen y al club anfitrión
por un pelo y casi con foto finish. El Bullicio se adjudicó el sábado la regata bautizada como Bandera del Carmen, pedrada que empezó como una broma en un almuerzo sanferminero y que acabó con dos peñas (Irrintzi fue la segunda en discordia) fuera de su elemento en aguas de Hondarribia.
El evento, 400 metros a puro remo y sin ciabogas en el canal que discurre en paralelo al aeropuerto, tuvo todos los ingredientes de una competición de altos vueltos. Para evitar suspicacias y revestir el acto de solemnidad, incluso hubo sorteo de patrón y remero. Arraun Elkartea ejerció de perfecto anfitrión y ofreció embarcación y dos hombres por trainera para que al menos alguien supiera de qué iba eso.
El patrón Ángel Aramendi y el remero Andoni Olaskoaga compitieron para El Bullicio, mientras que José Manuel Isasatxori y Ramón Olaskoaga hicieron lo propio para Irrintzi. Los otros 12 remeros de uno y otro equipo (4 mujeres por embarcación), eran peñistas voluntariosos y aventureros.
El hondarribiarra e integrante del club anfitrión, Ketxus Ponce, impulsor de la iniciativa por los vínculos que le unen a ambas peñas desde hace 30 años, estaba ayer de lo más feliz. No paraban de lloverle halagos, de casa y de Pamplona, por lo bien y bonito que había quedado todo.
Con presencia de los alcaldes de Pamplona y Hondarribia a título personal y unos 300-350 asistentes entre peñistas y curiosos de la zona, “más que en muchas regatas de remo”, la prueba fue “muy reñida hasta la última parada, con una diferencia mínima”. A Ponce le sorprendió tanta igualdad y tuvo que correr para llegar a meta porque no habían previsto un juez de llegada. “Cuando es gente que no se maneja en el medio, es cuestión de cómo coordinar”, dijo. El bullicio salió mejor, y aunque Irrintzi remontó y se puso a la par acabó cediendo.
El resultado, aunque servirá para alimentar el pique sano en la calle del Carmen, era lo de menos. “Fue un día precioso en todos los sentidos”, reiteró Ponce, encantado con la visita y la implicación del club y su gente. Y con una lectura clara del evento: “Ha servido para unir”.