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La Casa de las Arañas, arte con nombre de cerámica

La estellesa Nerea Urra es la dueña de La Casa de las Arañas, un taller de cerámica artística que ha arrasado en la XI Feria de Artesanía de Navarra

La Casa de las Arañas, arte con nombre de cerámicaJULEN AZCONA

ESTELLA-lizarra - Era la primera vez que Nerea Urra participaba en la Feria de Artesanía de Navarra y en su estreno se llevó el premio gordo, el de mejor pieza. La obra, un ramo de opios elaborados con cerámica, representaba a La Casa de las Arañas, el taller de cerámica artística que regenta Urra desde hace un año en Estella-Lizarra.

“Fue una sorpresa absoluta”, reconoce. “Llegar y besar el santo”. La ceramista compitió, durante los días 29 de junio y 2 de julio, con otros 36 artesanos procedentes de Navarra, la CAV, Galicia, Andalucía o Castilla y León, entre otros.

Para artesanos como Urra, ganar este premio supone ante todo un alivio económico, ya que al año siguiente no tienen que pagar por participar. “Así desde el principio todo es beneficio”, asegura la ceramista. Y es que el mundo de la artesanía es cada vez más difícil. “En La Casa de las Arañas compagino como puedo la parte de taller con la de tienda comercial”, explica. “Además, doy clases a niños y ahora en verano he empezado a dar también cursos para adultos”.

La pasión de Urra por el arte le viene desde muy pequeña. “Recuerdo que de niña me encantaba dibujar”, afirma. Aunque estudió Veterinaria y la ejerció durante algunos años, descubrió la cerámica artística en un cursillo y le “enganchó”. Decidió apostar por ello y en 2005 se especializó en Logroño para dedicarse a este oficio profesionalmente.

“Empecé colocando un torno en casa de mi abuela en Muniáin como buenamente pude”, recuerda Urra. “Era un hobby, pero uno muy fuerte”. De los experimentos en la casa familiar pasó a participar en ferias de pueblos de alrededor y el siguiente paso fue montar La Casa de las Arañas.

El taller está centrado en la cerámica artística, que según Nerea Urra se diferencia de la alfarería en que esta última trabaja más con el torno, creando platos, cuencos y jarrones. “Nuestra idea es otra; que se te vaya un poco la olla, que te interese contar algo y que sigas por ese camino”, explica la artesana.

En el taller el día a día es “muy absorbente”. “Meto muchas horas pero no me importa porque estoy muy a gusto”, asegura Urra. Precisamente por este motivo considera importante autoimponerse un horario y estar también en la tienda, de cara al público. “Si no, pasaría ochenta horas en el taller y nunca acabaría porque la obra nunca es perfecta”.

las técnicas El proceso de la cerámica artística siempre empieza dibujando una ligera idea de lo que se quiere hacer. Se hacen mil bocetos, un proceso de ensayo y error que culmina con aplicar la idea en el barro fresco.

La obra se deja secar, “bien seca”, y se deja cocer, primero a baja temperatura y luego a la temperatura del barro. En el caso de los opios ganadores en la feria, se trataba de porcelana, por lo que su cocción fue a alta temperatura. “La porcelana es más exquisita pero también más difícil de trabajar”, explica la artesana. “Por eso los opios llevan papel en su pasta”.

Ahora Urra está centrada en hacer cuadros de cerámica con hojas y plantas planchadas en el barro. “Voy por los caminos paseando con mi perra y no puedo evitar fijarme en las flores y pensar en lo bonitas que quedarían en cerámica”, afirma.

Otra de las disciplinas que está trabajando es la terra sigillata, una técnica de las antiguas Grecia y Roma que impermeabiliza vasijas aprovechando la tierra de la zona y que actualmente sirve para crear platos y jarrones. “Los romanos de las altas esferas hacían de él un uso cotidiano, aunque hoy solo nos sirve de decoración”, explica la artista.

reventa “¡Más vale que las ferias de artesanía existen!”, exclama Urra. Acto seguido admite que hay un problema que está afectando a este tipo de iniciativas y, de paso, al sector artesanal. Se trata de la reventa, una actividad que, explica Urra, “consiste en comprar bienes baratos en India o China para luego venderlos aquí a precios muy bajos”.

“Nosotros respetamos este trabajo pero no queremos que se mezcle con la artesanía”, aclara. Lo mismo opina de la gente que vende pulseras o collares comprando piezas sueltas para luego montarlas.

Los motivos son, en primer lugar, que hay una diferencia “bestial” en la calidad del producto final que ofrecen unos y otros. “La cartera de cuero de China dura dos meses; la trabajada por un artesano, varios años”. Otra gran disparidad son las horas de trabajo y el esfuerzo que ha invertido el artesano, incomparables con la del proceso de reventa. Por último, está el tema económico: “No podemos competir con esos precios tan bajos”, afirma Urra.

La ceramista ha participado en la organización de algunas ferias, como la de Semana Santa en Estella-Lizarra, y en ellas se puso la condición de no hacer reventas. Se optó incluso por expulsar a aquellos que incumplieran la norma. “Es una manera de defendernos nosotros”, explica Urra, ya que “la cosa está muy difícil”.

Tras el premio en la XI Feria de Artesanía de Navarra, ahora queda seguir trabajando. Además de vender en la tienda, hacer encargos para particulares y ofrecer cursos en verano, La Casa de las Arañas estará en la feria de Salinas de Oro el 30 de julio y en la Semana Medieval de Estella-Lizarra (17 al 23 de julio). El taller está en la misma calle donde tiene lugar el Mercado de los Oficios. “El año pasado abrí y el local se llenó de gente”, recuerda Urra. “Este año tal vez saque el torno fuera. Ya veré”.