berriozar - En 2008 el centro de salud de Berriozar puso en marcha un proyecto comunitario para promover un estilo de vida saludable entre la población infanto juvenil de la localidad. Lo llamaron ‘proyecto comunitario de promoción de salud y estilos de vida saludables en la infancia y juventud de Berriozar’.
Con el paso de los años, ha ido evolucionando y ampliando su perímetro de acción, convirtiéndose en un trabajo conjunto y coordinado en el que participan un amplio abanico de asociaciones y entidades como el Ayuntamiento de Berriozar o los centros educativos de la localidad y sus Apymas. Tanto es así que el Ayuntamiento de Berriozar ha decidido recompensar esta labor por y para Berriozar otorgando a los trabajadores del centro de salud el privilegio de tirar el chupinazo que dará comienzo a las fiestas de la localidad.
La encargada de prender la mecha del cohete en representación de todos los trabajadores y trabajadoras del ambulatorio será Txaro Osinaga, trabajadora social del centro e impulsora y dinamizadora de dicho proyecto. “Nosotros entendemos esto como un reconocimiento a la entidad y a un trabajo comunitario”, explica Osinaga, con la esperanza de que estas fiestas se disfruten “con salud” y en igualdad, “participando todos y todas por igual”. Además, tanto ella como el resto de trabajadores del ambulatorio de Berriozar, tendrán muy presente a Fernando Urzainki, que este año se ha jubilado tras años de trabajo en este centro. “Fernando es una institución en Berriozar, ha dejado una gran huella”, reconoce Txaro Osinaga.
Mientras tanto, y hasta que llega el día 30, este proyecto comunitario para inculcar hábitos saludables en la población infanto juvenil de Berriozar continúa avanzando y trabajando en común. “La acogida del proyecto ha sido muy buena; es un proyecto de todos”, asegura Osinaga.
Esta cruzada por una juventud más sana comenzó a dar pasos hacia su objetivo; “ganar salud y calidad de vida y prevenir la obesidad y otras enfermedades en la infancia, adolescencia y juventud de Berriozar”. Para lograrlo, el trabajo se desarrolla en diferentes ámbitos: campañas de sensibilización en espacios comunitarios de afluencia infanto-juvenil y actividades educativas; tanto talleres temáticos en el comedor escolar como trabajos educativos en el aula o sesiones informativas con padres y madres. Además de otras medidas de acción comunitaria en estilos de vida saludables, como, por ejemplo, celebraciones en Berriozar con reparto de zumos o frutas, actividades variadas y multiculturales o el reparto de meriendas saludables.
“El primer gran cambio que llevamos a cabo fue el cambio del menú del comedor, que se consensuó y se trabajó con las educadoras del comedor y las apymas”, explica Osinaga, destacando la importancia de “introducir la interculturalidad” en las diferentes actividades que se llevan a cabo para, de esta forma, atender las diferentes realidades del colegio. “Por eso se hacen muchos talleres con comidas de otros países”, apostilla esta trabajadora social, destacando la importancia de que se fomenten estos hábitos y la colaboración por parte del profesorado, colegio y Apymas a través de diferentes acciones como clases de baile o sesiones de juegos durante el rato de descanso que los alumnos tienen después de comer y antes de comenzar las clases de la tarde.
evolución Pese a que este proyecto comunitario comenzó dirigido a promover la salud en la población infantil y juvenil a través de una alimentación saludable, ejercicio físico con el objetivo entre otras cosas de reducir el sobre peso y el sedentarismo, finalmente ha experimentado una evolución que ha extendido su ratio de acción hasta la tercera edad.
“Colaboramos con el club de jubilados y ofertamos actividades de diferentes tipos orientadas a personas mayores, siempre partiendo de su visión y de las necesidades que ellos trasladan”, explica Osinaga, poniendo algunos ejemplos de las actividades que se organizan como parte del proyecto y complementando la oferta del Club de Jubilados; talleres de memoria, sesiones orientadas a reducir la brecha digital, baile o gimnasia adaptada a mayores. Una gran variedad de servicios y un mismo objetivo: fomentar un envejecimiento activo y saludable.
Además, según explica Osinaga, “se ha creado un grupo de trabajo con el técnico de deporte y enfermería y médicos del centro de salud para trabajar con ciertas personas que a pesar de tener alguna patología no se las considera enfermas”, para realizar diversas actividades y, una vez más, trabajar por la prevención. Asimismo, mediante este proyecto también se facilitan espacios y actividades en las que las personas mayores pueden relacionarse y mantener una vida social activa, solucionando de esta forma un problema que afecta a un importante porcentaje de esta franja de población: pasan mucho tiempo solos. “En este caso, el objetivo último es fomentar la autonomía”, explica Osinaga.