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El legado de Potaje, músico altsasuarra ‘xelebre’

Un CD recoge doce jotas y un pasacalles de Ángel Iriarte Goikoetxea. Acordeonista, compositor y letrista de Altsasu fallecido el pasado mayo con 85 años

El legado de Potaje, músico altsasuarra ‘xelebre’NEREA MAZKIARAN

altsasu - Aunque le hubiese gustado hacerlo en vida de su abuelo, Aritz Jauregi Iriarte muestra orgulloso el CD que recoge las jotas que compuso Ángel Iriarte Goikoetxea, más conocido como Potaje; acordeonista, letrista y compositor autodidacta de Altsasu que encarna como pocos a aquellos músicos de los pueblos que pusieron color en los años grises de la posguerra. “Nuestro objetivo es dar a conocer y difundir su obra”, apunta su nieto. El disco está a la venta en los bares Urtzi y Akelarre, la cafetería Akeita y la administración de loterías de la plaza Zumalakarregi al precio de 5 euros.

Potaje falleció en mayo y pronto su nieto se puso en la tarea. “Durante el novenario hablé con Cruz Mari, que tenía la misma idea. Me dijo que mejor en caliente”, recuerda Aritz Jauregi. Y es que Cruz Mari Martínez Larrea es un gran admirador de Potaje, de quien rescató de su memoria numerosas canciones populares de Altsasu, algunas de las cuales forman parte de las grabaciones de tres discos de Trasteando. Además, este grupo aficionado promovió un homenaje a este músico en 2009 con el centro cultural Iortia a rebosar.

El disco reúne 12 jotas que Potaje compuso con el acordeón así como un pasacalles popular que recuperó y que estaban grabadas por diferentes músicos. Cinco son de Fran Idareta: Bargagain, Fiestas de Alsasua, Romería de San Pedro, Txoko Maitea y Pasacalles. Otras siete han sido grabadas con teclado y bajo por José Mª Augusto Mazkiaran: Isasia, Salsamendi, Ondarria, Idiazazpi y Larruntza. Se completa con Ibarrea y Zangitu, que forman parte del disco Almadiera del grupo de folk Mielotxin, y finalmente Beikolar, su preferida, interpretada por Izaskun Andueza, socióloga que realizó un trabajo de investigación sobre los akordeoilaris de Sakana en el que descubrió a Ángel Iriarte.

“Mi abuelo recuperó otro tema popular pero no se acordaba cuál era, hablando con Enrike Zelaia me dijo que podría ser Jota Vasca nº 2, pero no estamos seguros, por eso no la hemos incluido”, apunta Aritz Jauregi, quien se lamenta de que Potaje no dejó nada grabado por él. Este sobrenombre le pusieron de joven en la antigua fundición de Altsasu, la recordada FASA, en donde entró a trabajar con 14 años. “Contaba que hacía un día muy malo, venga a llover, y que uno dijo que si tuviera un filete con pimientos no iría a casa. Mi abuelo comentó que mejor un plato de potaje”, recuerda su nieto.

Ángel Iriarte nació en Altsasu un 22 de noviembre de 1931, día de Santa Cecilia, patrona de los músicos. Lo cierto es que este altsasuarra tenía un don especial, un gran oído y capacidad creativa, aunque no tuvo la oportunidad de recibir clases de música. Por ello, nunca pudo escribir la música que surgía desde su interior y que hacía llegar a la gente a través de su acordeón. “De haber estudiado, ¿a dónde podría haber llegado?”, se pregunta su nieto, que confiesa su gran admiración por Potaje como músico, y también como persona.

Su pérdida fue muy sentida en Altsasu, donde era muy querido. Prueba de ello es que el alcalde, Javier Ollo, le recuerda en el saludo del programa de fiestas. “Potaje ocupa un lugar destacado entre aquellos alsasuarras que han contribuido de forma decidida a reforzar nuestra cultura popular”, dice.

De familia humilde pero con gran afición musical, Potaje comenzó con 15 años a tocar un acordeón de botones que tenía su hermano Andrés. En plena posguerra, junto a otros músicos de Altsasu, formó parte de orquestinas a modo de Jazz Band, amenizando romerías, fiestas de muchos pueblos y celebraciones. “Años difíciles y de muchas penurias y necesidades, en los que la música lograba calmar penas, alegrar vidas y aliviar un poco el bolsillo”, como señalaba Cruz Mari Martínez Larrea.

Años más tarde formó la orquestina Gautxori, que animó muchas tardes las plazas de Altsasu y otras localidades. En esta época llegó a aprender a tocar la batería, instrumento que alternaba con el acordeón.

Pero si en algo destaca Potaje es en su faceta como compositor. Autodidacta, sin escuela ni solfa, en los años 60 compone con su acordeón sus primeras jotas, algunas recogidas por Enrike Zelaia en su afamado disco Festival Vasco. Ya en su madurez y en los últimos años de su vida, Potaje siguió componiendo y sacando de su interior preciosas jotas con alegres melodías y cambios tonales. Su transcripción fue posible gracias a Izaskun Andueza, Iñigo Aldunate y José Mª Augusto. Además, Potaje escribió numerosas letras y letrillas de canciones populares de Altsasu.

Asimismo, algunas de sus partituras se pueden encontrar en el blog www.altsasukopotaje.blogspot.com creado para homenajear y difundir su música.