Famosa por la calidad de su txistorra, Arbizu volvió a acoger ayer una fiesta de exaltación de este embutido sencillo y popular pero también a prueba de gourmets. Con una mañana radiante, cientos de personas se unieron a esta celebración que ya va por su novena edición. “Es una cita consolidada”, apuntó Monika Etxebarria, concejala de Cultura y Festejos del Ayuntamiento de Arbizu, quién destacó que es posible gracias a un auzolan en el que participan medio centenar de arbizuarras. “Son los otros protagonistas de este día y también los productores locales: Embutidos Arbizu, Flores y Laket que donan la txistorra”, señaló.
Ayer se vendieron en torno a 2.500 pinchos acompañados de vino por 2 euros. Como novedad, también se pudieron degustar txitxikis, es decir, txistorra sin embutir, cocinada con patatas. Otra novedad fue la elaboración de sidra.
Además de comer, ayer se pudo ver cómo se elaboraba txistorra y morcilla. Estas últimas se pudieron degustar recién hechas, al igual que tortas de txantxigorri, txantxiorrak en Arbizu, que preparó un grupo de vecinos.
A su lado estaba otro grupo con plantas medicinales y frutos del bosque, con los que elaboraron pomada de San Juan y licores. Muy cerca había otros vecinos que mostraron cómo se realizaban artaporkak trenzando las mazorcas de maíz para su almacenamiento.
Por otro lado, ayer se pudieron ver varios cerdos de la raza Euskal Txerria en torno a una zotola, pequeña chabola que se usaba para los cerdos que pastaban en libertad.
El Txistorra Eguna también es un mercado sin intermediarios, con una treintena de puestos variados que ofrecieron un amplio surtido de alimentos de calidad como queso, miel, pan, verduras, chocolate y artesanías, entre otros productos, sin faltar la txistorra. La banda sonora de la mañana la pusieron las trikitixas, unas 60 de toda Navarra, que por la tarde ofrecieron un festival.
CONCURSO DE PINCHOS Con el fin de explorar las posibilidades culinarias de la txistorra, la fiesta de Arbizu acoge un concurso de pinchos. Se presentaron ocho propuestas. El primer premio, 300 euros y txapela, fue para uno presentado por Andra Mari ikastola. Las artistas fueron Esther Razkin, Mila Berastegi y Maite Berastegi, que prepararon un pincho con manitas de cerdo, txistorra, hongos y huevo de codorniz con una salsa de hongos.
“Hay que quitarse el sombrero porque es una conjunción de sabores muy buena. Estaba muy equilibrado y crujiente. El fallo ha sido por unanimidad”, apuntó Javier Díaz, cocinero del Restaurante Alhambra de Pamplona, que está en el jurado desde la primera edición. “Han sido propuestas muy originales, cada año se superan”, observó. El comité se completaba con Fernando Flores, de Enekorri; Manoli Hartza, del recordado Hartza, Nekane Zubizarreta, de Basomutur e Iñexi Yeregi, una arbizuarra vinculada a la hostelería.