ansoáin - Es un punto de partida para enfocar la política de Juventud municipal, reconocieron ayer los presentes (políticos, técnicos municipales y jóvenes) en la puesta en común de las conclusiones de un proceso participativo elaborado por Itxaso Jusue Fernández, fruto del convenio que Consistorio y UPNA firmaron en 2017.

El proyecto planteaba dos grandes objetivos: fomentar un debate entre la juventud para identificar sus necesidades y como herramienta para generar redes de relación; y por otra parte analizar los recursos municipales en este sentido. El estudio engloba a la juventud del pueblo en cuatro grupos; la que se reúne en bajeras, la que utiliza el servicio municipal Harrobi, la que integra el colectivo Antsoaingo Gazteak o que frecuenta el nuevo centro social autogestionado, y la juventud oculta de la que no hay información, la gran mayoría según el diagnóstico. “Ha sido llamativo que no existe un interés real por parte de la juventud en relación a un proceso participativo, así que es necesario generar cauces que posibiliten su participación”, detalló Itxaso.

“Los jóvenes no buscan a la institución, pero la institución necesita a los jóvenes”, consideró el alcalde Ander Oroz, para quien “como Ayuntamiento tenemos que dirigirnos a todos los sectores para crear oportunidades, que sea un espacio siempre vivo”. “A veces se entiende lo municipal como una isla, cuando es un instrumento para conseguir el objetivo de una vida mejor”, expresó por su parte Ana Sada.

Y la técnica de Igualdad Eva Istúriz García apuntó a la responsabilidad de la institución para trabajar valores desde la educación “si queremos romper estereotipos. Si trabajamos con la gente joven vamos a tener un pueblo mucho mejor. Lo demás es parchear. Y eso es responsabilidad municipal”.

recursos municipales El estudio pone el foco en los recursos municipales orientados a la juventud mediante entrevistas a técnicos del Ayuntamiento y usuarios de la casa de juventud Harrobi, que a partir de 198 encuestas se muestran satisfechos con el servicio (actividades, educadoras o instalaciones) y reclaman, por ejemplo, que vuelva el futbolín o que se cierre más tarde.

Por su parte, los técnicos destacan en la balanza de lo positivo el nuevo proyecto de txoko-gorri “que pone mayor atención a un sector antes desconocido, el de la autogestión”, el buen trabajo en Harrobi, “un recurso por y para el pueblo”, el esfuerzo municipal por favorecer la participación en diferentes procesos (violencia de genero, fiestas o este estudio), y la mejora en la cesión de salas en locales como Loza o el Centro Cívico.

En cuanto a los aspectos a mejorar, los trabajadores echan en falta una visión integral o la definición de una política concreta de juventud, apuntan a la posibilidad de incorporar un técnico o una figura que coordine el trabajo entre las diferentes áreas municipales. Y piden mejorar esos cauces de comunicación entre la Juventud y el Ayuntamiento. “Hay una necesidad de pasar a la acción, no solo diagnósticos sino planificación y ejecución”, apuntan también. De nuevo, la carencia más repetida es la falta de participación de la gente joven. “Si el objetivo del Ayuntamiento es conseguir una juventud que participe en el pueblo y se involucre en la solución de problemas que les afectan es necesario que ponga mecanismos en esa dirección”, dice el estudio.