En la calle, donde está la gente, en los espacios por los que transita la vida, más allá del mobiliario urbano, de la farola o el banco. Ahí precisamente buscó su hueco una nueva edición del Festival de arte urbano Avant Garde de Tudela que, en esta sexta edición, se ha celebrado entre el 4 y el 9 de junio con la leyenda Arte urbano, espacio humano, en honor de la frase que el madrileño Suso33 dejó en la capital ribera en una de las primeras ediciones del festival: “Este arte no es urbano, esto es arte humano”. Bajo el comisariado del investigador de arte Arcadi Foch y del artista cubano-neoyorkino Jorge Rodríguez Gerada, el Avant Garde aspira a mantenerse “como un lugar referente en cuanto a muralismo contemporáneo y urbano a nivel mundial”.

El arte urbano constituye, en sí mismo, una herramienta inigualable de transformación y de regeneración del espacio público. Según señala el programa editado por Castel Ruiz para esta nueva edición “es una manera muy interesante de embellecer y recuperar lugares que, en algunos casos, antes de las intervenciones eran evitados por los transeúntes”.

Además, las fachadas convertidas en obras de arte, bien por la categoría de sus autores o por la belleza de la intervención, les confiere una capacidad extraordinaria “para forjar la identidad del lugar en el que se afinca, siendo sus obras elementos de conexión entre los habitantes y los espacios que las albergan”.

Suele suceder que pequeñas plazas, fachadas desvencijadas, edificios abandonados o que pasan desapercibidos se convierten en polos de atracción, de visita obligado o, cuando menos, en foco de discusión lo que, en sí mismo, es también un auténtico logro. No sólo es importante que se aprecie, sino también la participación de los tudelanos (en este caso) sobre la idoneidad de la actuación, su significado o su valor. Es, más que nunca, un arte al servicio de la ciudad, incluso más que del artista o del público.

el programa La muestra de esta edición destaca por la variedad de estilos, técnicas, narrativas y materiales con el objetivo de mostrar algunas de las vanguardias que actualmente representan el movimiento del muralismo urbano contemporáneo. Grafuturismo (grafiti abstracto), stencil (trabajo a partir de una plantilla), pintura que solo aparece con agua, intervenciones realizadas con silicatos para que perduren más de cien años o instalaciones con objetos sobre el muro que cuestionan el propio concepto popular de muralismo son algunos de los ejemplos que singularizan esta edición del proyecto.

Para esta sexta edición cada artista seleccionado trabaja con un método distinto, con el objetivo de ofrecer una muestra plural al público, “un reflejo de la actualidad del muralismo contemporáneo del más alto nivel”. Para ello han estado presentes Jorge Rodríguez Gerada, impulsor del Avant Garde Tudela, SpY, Miquel Wert, Kenor y Lucas Milà. El programa se completó con los talleres impartidos por Andrea Michaelsson-Btoy, exposiciones, mesas redondas y conferencias en las que participaron ponentes internacionales y locales y una muestra audiovisual de arte urbano y muralismo. Para ello el arte urbano ha salido de Tudela para, después de perseguirlo durante varios años, llegar a otros municipios cercanos como Arguedas y Peralta.

Desde la organización destacaron que “Tudela se ha convertido en un lugar referente en cuanto a muralismo contemporáneo y urbano a nivel mundial, ya que alberga una de las colecciones con algunas de las figuras más relevantes de la es-cena”.

los lugares En Tudela las actuaciones se han instalado en el Museo Muñoz Sola, el parque del Mediavilla, Torre Monreal y colegio de Griseras. Spy, conocido como el Bansky español, ha colocado decenas de cámaras en la fachada del Muñoz Sola que crean preguntas en el curioso, que sigue la estela de su obra “cargada a partes iguales de ironía y un humor positivo, para contagiar una sonrisa, incitar a una reflexión y favorecer una conciencia un poco más despierta”. En la base del nuevo ascensor de la Torre Monreal, donde Btoy ha impartido un taller, una pintura mural de rostros conocidos en Tudela ha amabilizado el entorno de hormigón. Una de las fachadas de Villa Javier (en el parque Mediavilla), gracias a la actuación de Wert, retrata los valores solidarios de la entidad con dos fotos de abrazos. Por último, Kenor interactuó con el coro de Griseras para pintar su fachada cuyo resultado no deja indiferente a nadie y da vida y alegría al centro.

En Arguedas también Btoy desarrolló talleres que dio como fruto un retrato de una mujer arguedana cosiendo a máquina, con la colaboración de una decena de mujeres locales, y un gran mural de Jorge Rodríguez. Éste último, ubicado en una gran fachada blanca, muestra con gran realismo el retrato de la vecina centenaria de Arguedas Rufina Aragón (102 años), con un rostro tan expresivo como cálido y amable, por cuya mirada y arrugas se puede observar el paso del tiempo.

Finalmente en Peralta el catalán Lucas Milá ha dejado impreso uno de sus “murales mágicos”, que interactúan y reaccionan al entrar en contacto con el agua o por los cambios de temperatura. Todo un ejercicio de creatividad que comparte con los ciudadanos.

El festival Avant Garde de Tudela se ha venido desarrollando desde el año 2010, continuando en las ediciones de 2011, 2012, 2013, 2016 y la de este año 2018. El resultado es una ciudad más amable, vistosa, colorida y atractiva para el turista y cerca de 40 obras que se reparten por distintas zonas de la ciudad.