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Zabaldika Baños de energía y vida

Durante 125 años la central eléctrica ha compartido valor con la iglesia de San Esteban y su gran retablo manierista en el pueblo de Zabaldika, lugar e hito especial del Camino de Santiago y del navarro y mítico valle de Esteríbar

Zabaldika Baños de energía y vida

El río Arga empieza a dejar de ser niño después de su cuna de Quinto Real y su arbitrio en Eugi y Urtasun. Edad que se va dibujando de forma apacible y muy bella; casi sin darse cuenta de que va a ser un mozo vertebrador de todo un valle: el de Esteríbar. Valle que puntea diseminados hasta 31 lugares en sus más de 20 kilómetros. Se trata del antiguo Valle de los Cazadores y ruta obligada del Camino de Santiago. Esteríbar tiene un gran potencial turístico; y no solo por lo que aportan los peregrinos. La buena labor de los rectores y el proceso participativo de los vecinos del valle debe continuar poniendo en el valor sus recursos naturales y seguir mejorando los servicios.

Un discurrir de agua y de vida que te invita a recrear el juego de mesa por los que avanza la corriente saltando de puente a puente, de presa en presa y de poza o poza. Los baños de río tuvieron y tienen al Arga como un balneario natural de mil y un lugares tan secretos como descubiertos y disfrutados. Ahí están, como mudos nexos de gentes y como hitos del camino una nutrida nómina de puentes, entre el que destaca el de Zubiri, conocido popularmente como puente de la Rabia. Le siguen, entre otros, el de los Bandidos en Larrasoaña, el de Iturgaitz en Irotz, piedra preciosa del románico, el viejo y muy reformado de Zabaldika, del que consta que en 1290 fue ajusticiado con horca un asesino de nombre Guillotán, y, ya a pie de urbe, el espectacular de la Magdalena. Puentes que van tomando porte y amojonando el viaje hasta la conocida como “primera ciudad del Camino”: Pamplona-Iruña.

En este recorrido de Arga y Esteríbar, cautivador por su belleza, patrimonio e historia, hay un lugar que acumula enormes dosis de energía. Se trata del pueblo de Zabaldika, entre cuyo caserío del barrio de arriba destaca su talluda iglesia de San Esteban, su hospedería-albergue y la central eléctrica. En su entorno nace otro camino dentro del camino: el Parque Fluvial del Arga.

San Esteban de Zabaldika es la iglesia del valle que conserva mejor el origen de su fábrica, del siglo XIII. La fornida torre se levanta sobre los pies del templo apoyándose en el coro con un cuerpo prismático. Una de estas campanas presume de ser la más antigua que se conoce en Navarra (1377). Destaca su espléndido retablo manierista, que recuerda la traza de Juan de Anchieta, y que pudiera ser obra de Juan de Gaztelúzar. Obra equilibrada, nítida y clara, como son los postulados de ese tránsito hacia el barroco. Entre su nutrida imaginería y santoral, destaca la policromía y, como guinda a su esplendor, un sagrario-tabernáculo de dos pisos. En su entrada, el templo muestra un Cristo crucificado donde los peregrinos del Camino de Santiago acostumbran a dejar comentarios y peticiones.

electra zabaldica SL La central de Zabaldika fue levantada en el siglo XIX sobre un antiguo molino harinero. De este molino hay constancia a en los últimos años del siglo XVIII. La central fue instalada a final del siglo XIX con 116 kw de potencia. En 1907 fue adquirida por la sociedad Electra San Andrés de Villava y suministró energía a la propia localidad y a pueblos como Mutilva Alta y Baja, Zolina, Tajonar, Cordovilla, Noáin, Labiano, Esquiroz, Salinas de Galar, Beriáin y Barbatáin.

En 1929 la concesión de uso de agua alcanzó los 1.500 litros por segundo. La central se accionaba con grupos de turbina-alternador de 70 y 40 kw. Obtenía su energía del agua del río Arga que contaba con un potente y largo (1,2 km.) canal procedente de la presa de Irotz. En 1931 la central de Zabaldika se traspasó al ayuntamiento de Villava.

Desde los años 90 del siglo pasado Electra Zabaldica SL es una propiedad particular y ha funcionado hasta hace cinco años. Un problema derivado de un derrumbe de tierras llevó al traste su explotación. La propiedad mantiene cerrada la finca que enmarca la central y otras dependencias. Sin duda, un lugar con encanto natural y nutrido desde hace mucho tiempo por la imaginación, trabajo y cariño de José Luis Vital Ulzurrun.

Rincón idílico de chapuzones en el joven y fresco caudal del río Arga; un estar íntimo y playa donde han confluido la energía de la propia naturaleza, su transformación por parte del hombre y el romántico encuentro de familias y gozos infantiles; como los de Sancho, Carolina y muchos otros. Quizá, alguno de ellos recupere como lo hicieron los Vital y Usechi, este maravilloso lugar, de arte, historia, baños y de energía: Esa energía que, como canta la jota, en las orillas del Arga, te penetra en las entrañas.... Agua y camino de pura vida.